La UIP tuvo que contener, sobre las 8.00, el desorden que provocaron en la fila de hombres para colar bultos. Los plantos –hasta este lunes se dedicaban a poner y quitar las vallas en los polígonos del Tarajal además de controlar las filas de porteadores– propiciaron ayer un “desorden público” en las naves de Alborán que requirió de la actuación de la Unidad de Intervención Policial del Cuerpo Nacional (UIP), grupo que se encarga de garantizar la seguridad en el recinto.
Según los comerciantes que presenciaron este “conato de rebelión” de los tirillas, como también se les denomina, su intención fue la de romper el orden con el fin de colar sus bultos en posiciones más adelantadas y en mayor cantidad que el volumen que llevan consiguiendo desde el lunes, momento en el cual fueron sustituidos en sus funciones por cuatro auxiliares de una empresa de seguridad contratada por la Comunidad de Propietarios de los Polígonos del Tarajal.
Otros testigos aseguraron que su única misión fue provocar un “cisma” por su desacuerdo en torno al acceso de mercancías a través del puente del Biutz –único autorizado para el tránsito de bultos de mayores dimensiones– “que antes controlaban en beneficio propio y ahora son reemplazados por unos trabajadores” que tienen un coste de unos 4.000 euros al mes, informaron los empresarios.
Los agentes del Cuerpo Nacional ya se encontraban en Alborán cuando estalló el tumulto, sobre las 8.00 horas. Los policías tuvieron que controlar la masa y devolver la normalidad a la fila de hombres, una intervención que les llevó unos 20 minutos, según empresarios presentes.
Las mismas personas explicaron a este periódico que la Delegación del Gobierno estuvo en contacto permanente con el grupo desplegado durante esta intervención, de lo cual los empresarios del Tarajal estuvieron muy agradecidos.
Por otra parte, los establecimientos de la Fase I y II recibieron con satisfacción a los clientes masculinos, aunque aún quedan “algunos pasos” para obtener la libre circulación en el interior de los polígonos, dijeron los empresarios.