El rostro captado por las cámaras de seguridad del establecimiento situado en la avenida Reyes Católicos es el de A.A.M., un ceutí de 50 años que es reincidente en este tipo de actos delictivos y que ha pasado buena parte de su vida entre rejas. Él fue quien decidió aprovechar que los empleados de ‘Mueco Ceuta’ estaban a punto de marcharse del local para, apuntándoles con un arma de fuego, hacerse con el dinero que había en caja y huir, arrojándolo después al suelo tras ser perseguido por uno de los empleados y un viandante.
En la mañana de ayer la Policía lo trasladó al juzgado, en donde se dictó orden de entrada en prisión preventiva acusado de un robo con intimidación y otro de tenencia ilícita de armas, con el agravante de su reincidencia. Permanecerá en prisión a la espera de juicio.
Lo que no ha conseguido encontrar la Policía es el arma de fuego usada para este atraco, aunque la Jefatura Superior ha señalado que se está intentando su localización.
Con la confesión y entrega voluntaria de A.A.M., la Policía ha matado dos pájaros de un tiro, ya que, llevado por la necesidad de contar sus acciones delictivas, el atracador reconoció que había sido el autor de otro robo más, el perpetrado el 13 de diciembre pasado en el bar ‘Donde sea’, haciéndose con 160 euros tras forzar la ventana del local, que llevaba pocos días abierto al público.
La historia de este atracador se asemeja al perfil delincuencial que se está estilando en Ceuta y que tiene que ver también con la crisis. Así, al margen del ladrón marroquí que por muchas órdenes de expulsión que tenga sobre sus espaldas consigue burlar la vigilancia fronteriza y seguir robando en Ceuta, existe otro perfil básico delincuencial: el del reincidente, persona que tras cumplir cárcel por robos, continúa, tras dejar prisión, por el mismo sendero toda vez que carece de una inserción social.
En el caso de marras ha resultado clave que ‘Mueco Ceuta’ tuviera cámaras de seguridad e incluso que sus imágenes hayan sido difundidas, puesto que ese binomio ha forzado a que el propio autor confeso del robo se entregara a sabiendas de que su identificación plena era un hecho más que evidente.
La entrega de este hombre se suma a la detención del presunto autor del atraco perpetrado en la Almadraba contra el establecimiento de Supersport tal y como se informaba en la edición de ayer; actuación que también se llevó a cabo haciendo uso de arma de fuego para amedrentar a los trabajadores del local, amenazándoles con disparar si no entregaban el dinero hecho en la caja.
Ambas historias delincuenciales habían provocado, junto a los disparos y robos acontecidos en cadena en diferentes puntos de la ciudad, una sensación de inseguridad social que ha sido incluso denunciada por la propia Federación de Asociaciones de Vecinos.
Armas de fuego y su uso extendido
El empleo de armas de fuego se ha convertido en uno de los problemas enquistados para las fuerzas de seguridad. Su posesión o alquiler está a la orden del día y la facilidad con la que se emplean para la comisión ya no solo de ajustes de cuentas sino también de robos ha hecho que la delincuencia haya dado un salto en la ciudad. Las armas se esconden pero también se dejan en manos de menores para que sean las que las guarden en sus hogares, repartiéndose vía alquiler entre quienes las van a emplear para sus acciones delictivas. Los últimos robos con violencia se han perpetrado haciendo uso de revólveres o pistolas.