{jaimage crop="ML" /}El cierre del Biutz este lunes por ser festivo; el permiso de entrada por este paso solo a la mercancía de los ‘plantos’ y la acumulación de bultos en Ceuta por el miedo a los decomisos, volvió a colapsar ayer el Tarajal con avalanchas de porteadores, cierres de la frontera y largas colas de coches.
El caos se percibía en el ambiente desde las 7.30 de la mañana. Debido a que este lunes fue festivo en Ceuta y a la acumulación de mercancía en los últimos días en la ciudad por el miedo a los decomisos de la Guardia Civil, los porteadores se apostaron ayer desde primera hora en las inmediaciones de la frontera del Tarajal para intentar aquello que no lograron en jornadas anteriores: cruzar sus productos a Marruecos.
El cierre del Biutz a las 13.00 horas, único paso de mercancías reconocido por ambos países, hizo que los marroquíes y ceutíes dejaran los polígonos –en cuyo recinto se encuentra el puente– en dirección al acceso peatonal de la frontera. Sobre las 14.00 horas, centenares de personas ocupaban la acera en la que trabajan los cambistas; la de enfrente; el llano que discurre paralelo a la N-352 y los márgenes de esa carretera nacional hasta el vial de subida al Príncipe Felipe.
Los agentes del Instituto Armado establecieron el primer filtro en las inmediaciones de las cabinas telefónicas, sin embargo, encontraron dificultades para contener a la masa que se acumulaba contra el vallado que marca el espacio que los porteadores pueden ocupar. Con la llegada de autobuses procedentes del centro de la ciudad, las personas que habían probado suerte sin éxito en el Bituz y los trabajadores transfronterizos se mezclaban pese a tener preferencia estos últimos, momento que los porteadores más astutos aprovecharon para romper el cerco.
Este primer intento de avalancha tuvo por instigador, entre otros posibles, a un joven marroquí que azuzó desde la cola a empujar para atravesar a la fuerza la frontera. Agentes de la Policía Nacional lograron interceptar al individuo antes de que la ola humana cobrara fuerza y se llevara por delante a los efectivos de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado destacados en la zona. Tras tomarle la filiación, el marroquí fue expulsado al país vecino.
La tensión seguía en aumento a medida que pasaban las horas. La Benemérita encauzó la situación y la aglomeración de personas recuperó la posición habilitada para ser sometida a las inspecciones previas a la entrada. Algunos intentaron colarse a la carrera desde la parada de taxi. Otros, primero, se sentaron en la rotonda de la frontera para, en un descuido de los agentes, penetrar sin ser vistos. No obstante, el Instituto Armado interceptaba en el segundo filtro a todos aquellos cuya mercancía no recibía el visto bueno, es decir, aquel conjunto de bienes que por su cantidad y destino no pueden considerarse enseres y bienes para consumo del marroquí que los exporta ni para su familia.
Las personas volvieron a amontonarse sobre las 14.30 horas. Podían oírse las comunicaciones de los guardias, quienes advertían de que se verían desbordados. Hacia las 14.50 horas la situación fue insostenible y estalló la avalancha coincidiendo con la llegada a la frontera de los agentes de la Policía Nacional. Cada cuerpo de seguridad por un flanco, Guardia Civil y CNP posibilitaron el retroceso de los centenares de personas que plagaban aceras, carreteras e incluso se internaban en la playa. Un alborto que continuó durante la tarde.
En escena aparecieron las bicicletas y motos que los marroquíes también emplean para el pase de mercancías al reino alauí. Hasta entonces, se encontraban estacionadas en los alrededores del centro de salud del Tarajal a la espera del mejor momento para intentarlo. Algunos comerciantes se apiadaban de ellos porque, pese al férreo control de la Benemérita sobre la mercancías, no cejaban en su empeño por ingresar unos euros o bien llevar algunos productos a su domicilio.
Ahidar H., de Castillejos, mostró las facturas de la mercancía que le fue decomisada hace unos días por el Instituto Armado por importe de 106 euros: tres mortadelas, cinco paquetes de pañales, un paquete de toallitas, un bote de crema de chocolate y una caja de polvorones; todo a bordo de su motocicleta. Pese a presentar ticket, lamentó junto a otros compatriotas que también mostraban justificantes, los guardias le exigen un documento por expedición comercial bajo control de Aduanas.
Por su parte, algunos empresarios de los polígonos ya denunciaron de forma pública que la única mercancía que atraviesa el Biutz es aquella que recibe luz verde de los colaboradores de la Policía Nacional y por la que estos marroquíes cobrarían comisión. Por este motivo, los porteadores se dirigen al Tarajal como última vía para cruzar sus bultos, según los comerciantes.
Por el veto de España
Los porteadores protestan en el puente internacional
Tras la avalancha parada sobre las 14.50 horas, los porteadores en suelo español tuvieron conocimiento de que otros compatriotas protestaban en el puente internacional porque las autoridades impiden la entrada de productos, conforme al acuerdo alcanzado por España –control mercancías– y Marruecos –inmigración–. El efecto de la movilización pudo comprobarse en las colas de vehículos que se formaron hasta la Almadraba y el Hotel Ibis.
“Esto es una vergüenza”
Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad expresan su malestar y esperan una solución a este caos diario
“La entrada a la frontera del Tarajal en dirección a Marruecos solo tiene de europea la señal que dice que estamos en la UE”, comentaba un ceutí con sorna en la parada de autobús junto a la playa. “Tercermundista” fue el calificativo más amable que recibió la situación que atraviesa el paso entre ambos países desde hace unas semanas. El consabido “han tirado las escaleras y nos obligan a subir por el monte como cabras” volvió a repetirse entre porteadores y vecinos de las barriadas colindantes. A los conductores de un grupo de caravanas que pasó por Ceuta hacia el reino alauí, les sorprendió el desorden que contemplaban.
Más llamativa fue la indignación manifestada por los agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. “Esto es una vergüenza”, aseguraron en el fragor de la contención de los marroquíes agolpados contra la frontera cargando los bultos. “Hay que darle una solución a esto”, señalaron mientras llamaban al orden a varios porteadores.
Los empujones, las carreras buscando colarse y otras artimañas para eludir a los agentes obligó al Cuerpo Nacional a establecer una barrera de agentes próxima a la parada de autobús del Tarajal.
Efectivos de la Policía Nacional destinados en la frontera también se desplazaron a los aledaños del acceso para disuadir a los marroquíes de continuar acumulándose en la entrada ya que les expulsarían de Ceuta. Uno de los porteadores, en silla de ruedas, aseguró que fue “amenazado con la mancha en el pasaporte”, es decir, un sello por el cual “no podría volver a la ciudad por mercancías durante un tiempo”.
El malestar entre los marroquíes también se materializó en peleas y altercados entre los propios porteadores, en su mayoría, al robarse el turno en la fila. Algunos de los ceutíes presentes coincidieron en que la tensión que padecían los polígonos del Tarajal se ha trasladado ahora al paso fronterizo.
Las filas de coches llegaron hasta Juan XXIII
Los usuarios de las vías colapsadas criticaron que el tránsito de mercancías afecte al resto del tráfico
Las relaciones de los ciudadanos a ambos lados de la valla son fluidas y, por esta razón, suelen cruzar la frontera del Tarajal a diario. Las primeras quejas por el desorden en la circulación surgieron a mediodía de ayer, a raíz de la protesta protagonizada por los porteadores en el puente internacional así como a la invasión de los carriles por parte de los marroquíes en un intento desesperado por entrar en avalancha.
Un aviso del Servicio de Emergencias 112 sobre las 17.00 horas alertaba del estado del tráfico en la carretera nacional: “Retención de #tráfico en Avda. Martínez Catena sentido frontera Tarajal”. El embotellamiento principal se producía en esa arteria, pero la retención tuvo ramificaciones en otras zonas del sector como El Príncipe, Loma Colmenar, la Almadraba y Miramar Bajo.
Los ceutíes que visitaron ayer el país vecino aseguraron que a su regreso el tapón no era tan grande y que se encontraba en la zona neutral, donde se cerraba a un carril los coches procedentes de tres a cuatro carriles de Marruecos. Algunos definieron el otro lado como “fácil”, en referencia a que no había excesivas colas. Más bien, añadieron, el problema se encontraba en el lado español. Otros explicaron que algunos porteadores quedaron atrapados entre ambos países con sus mercancías porque Marruecos les negaba el paso y eso pudo contribuir al embotellamiento .
Más avanzada la tarde, sobre las 20.00 horas, las colas llegaban hasta Juan XXIII e incluso, en algunos momentos, al aparcamiento de la playa del Chorrillo.
Los usuarios de las vías afectadas por el colapso criticaron que el tránsito de mercancías entre ambos países tenga que perjudicar al resto de la ciudadanía, no solo quienes se dirigen a la frontera, sino a los vecinos de las barriadas próximas al Tarajal, que han visto alterada su vuelta a la normalidad tras las fiestas.
En la calle doctor Abdelkrim, en la subida de acceso al Hospital Universitario junto al Puente del Quemadero, la Policía Nacional estableció un control en el que procedió a identificar al conductor y los pasajeros de varios vehículos.