Segundo día del año y primer herido de bala en la barriada Príncipe Alfonso. Los hechos ocurrieron sobre las ocho y media de la tarde en la zona conocida como ‘Las Palmeras’ que está situada en la parte más baja de la barriada, lindando ya con una de las circunvalaciones que llevan hasta los polígonos del Tarajal y la ITV.
Por causas que ahora mismo se desconocen Ayman M.B., de treinta y cuatro años, recibió un disparo en la cara, con entrada por el rostro y salida por el cuello. Al parecer, el mismo se encontraba en un parque infantil que está instalado en este lugar cuando fue abordado por un individuo que atentó directamente contra su persona.
Fueron los propios vecinos quienes recogieron al herido y le trasladaron en un vehículo particular hasta el Hospital Universitario. Nada más entrar en Urgencias fue llevado al quirófano para operarle, comprobándose que su vida no peligraba porque la bala no había dañado ningún órgano y el disparo había sido limpio. No obstante, debido a lo aparatoso del hecho, su estado reviste gravedad.
Fueron varias unidades del Cuerpo Nacional de Policía adscritas, entre otras, a la UPR de Seguridad Ciudadana, las que se personaron en el Hospital Universitario tras conocer los hechos, ya que fueron avisados cuando el herido ya se encontraba en el interior del centro hospitalario y no antes. La información la recibieron del propio clínico civil y no por llamada a la Sala como suele ser habitual en otros casos. Por otro lado, un miembro de la Policía Científica se trasladó hasta la barriada del Príncipe para intentar la búsqueda de pruebas, pero en el lugar no se encontró casquillo alguno por lo que se sospecha que el disparo se haya podido producir con un revólver.
En el momento del ingreso de la víctima de este primer episodio delictivo grave del año, el servicio de Urgencia se encontraba bastante colapsado, con ciudadanos esperando para ser atendidos y que también se preguntaban entre ellos sobre lo que estaba ocurriendo al ver la llegada de un herido y a continuación la presencia de numerosos agentes del Cuerpo Nacional de Policía. Sin embargo entre los presentes no se encontraba ningún familiar directo, al menos hasta la marcha de las fuerzas de seguridad del lugar.
Alrededor de las nueve y cuarto de la noche los vehículos del Cuerpo Nacional de Policía que habían hecho acto de presencia se marcharon. También hay que reseñar como anecdótico que no había ningún vecino del herido en la zona de espera de las familias, al menos durante los primeros minutos.
Ahora mismo no existe ninguna teoría sobre las razones que pudieron llevar a la realización de este disparo contra la persona de Ayman M.B., pero los agentes de la Brigada de Policía Judicial confían en que durante la mañana de hoy tengan la oportunidad de poder interrogar al herido, una vez que reciban el oportuno permiso por parte de los médicos que le atienden.
La Policía cree que la víctima sabe la identidad de la persona que le atacó y, por ende, el motivo que le llevó a hacerlo.
Un suceso que no trascendió dentro de la barriada
Quizás porque la zona donde se produjo el disparo a Ayman M.B. está bastante apartado del corazón de la barriada del Príncipe, eran muy pocas las personas que conocían lo que había sucedido alrededor de las ocho y media de la tarde en la zona conocida como ‘Las Palmeras’. Absoluto desconocimiento a diferencia de otros hechos delictivos parecidos que sí han provocado tumultuosas concentraciones de curiosos. Además, la circunstancia de que fueran los vecinos de ‘Las Palmeras’ los que llevaran a Ayman hasta el hospital y que la Policía pudiera tener acceso hasta el lugar donde ocurrieron los hechos por una de las carreteras de circunvalación de la barriada y no tuviera que pasar por las calles del interior hizo que no trascendiera la noticia del disparo y que se moviera en unos círculos muy pequeños.
Cuando el equipo de ‘El Faro’ estuvo en el mismo parque infantil donde indicaron que todo había sucedido no había absolutamente nadie, no en vano es un sitio para juego de los niños. Hasta algunos vecinos que llegaban alrededor de las nueve y media de la noche de sus trabajos mostraban su sorpresa por lo que les narrábamos.