Las asociaciones ceutíes de recuperación de animales marinos devolvieron ayer a dos quelonios al mar y hallaron a un tercero.
El último informe del Programa de Gestión Sostenible del Medio Marino Andaluz, correspondiente a 2012 y al que ha tenido acceso la Agencia Efe, alerta del impacto de las causas humanas, especialmente la pesca, en la mortandad de cetáceos y tortugas marinas en Andalucía. Una situación que tiene su réplica a este lado del Estrecho de Gibraltar y que ha costado la vida, al menos, a medio centenar de ejemplares este verano –fundamentalmente caretta caretta y laud–, aunque la cifra puede ser mayor puesto que otros cuerpos habrían desaparecido en aguas ceutíes.
Este informe sobre la comunidad autónoma vecina, con la cual Ceuta comparte aguas y problemáticas medioambientales similares –como ocurre con los efectos del ‘bunkering’ en el Estrecho–, indica que un 55 por ciento de los ejemplares de qulonio muertos lo fueron por la gravedad de lesiones causadas por los efectos de la acción del hombre, como el enmallamiento con artes de pesca, con un 41 por ciento; la interacción con hélices de embarcaciones o amputación de aletas, con otro 11 por ciento o la ingestión de anzuelos, con un 3 por ciento.
“Los resultados demuestran el importante impacto que la actividad humana provoca en esta especie y que desgraciadamente la gran mayoría de las tortugas afectadas no llegan a ser atendidas con vida”, señala este anuario.
Otro 18 por ciento de tortugas fallecieron en Andalucía por debilidad e hipotermia y un 11 por ciento más, por problemas de flotabilidad.
Sin embargo, resulta innecesario cruzar el Estrecho para encontrar entidades que denuncien la elevada mortandad de estos animales marinos. La asociación ecologista Septem Nostra presentó a comienzos de julio un escrito urgente en la Delegación del Gobierno solicitándole que intervenga en un hecho considerado “de extrema gravedad”, elevando la queja oportuna al Ministerio de Medio Ambiente para que actúe sobre las almadrabetas y evitar así que más tortugas pierdan la vida asfixiadas en sus redes.
Entre 2008 y 2012 ingresaron 61 tortugas marinas vivas en los centros de la Junta de Andalucía, que lograron un éxito de recuperación del 77 por ciento; otro 21 por ciento fallecieron y el resto aún sigue ingresadas, “con un pronóstico muy favorable para su próxima reintroducción”, concluye la agencia de noticias que ha difundido el informe.
Manu Vera, presidente de la asociación Recuperación de Animales Marinos (RAM), explicó que junto a los integrantes del Centro de Estudios y Conservación de Animales Marinos (CECAM), cuyo gerente es Juan Carlos Rivas, procedieron ayer a devolver al mar a dos tortugas recuperadas en sus instalaciones –que fueron rescatadas de las redes– junto a un grupo de voluntarios. El colectivo que se encarga de esta labor de forma desinteresada continúa a la espera de que la Consejería de Medio Ambiente concrete el convenio planteado a Gregorio García-Castañeda. Antes de esta liberación, localizaron a otra tortuga que presenta problemas y que fue trasladada a la sede del Club de Buceo Neptuno en su regreso al puerto deportivo.