El grupo no se conocía entre sí, fueron sumados a la expedición desde distintos puntos
Los 21 supervivientes de la tragedia acontecida en la madrugada del pasado domingo descansan ya en el CETI, en donde intentan sumarse a la rutina establecida en el centro del Jaral cumpliendo además con los protocolos de filiación policial y sanitarios. Ellos fueron los que se salvaron en una madrugada trágica, los que vieron cómo tres de los ocupantes eran tragados por el mar, los que fueron obligados a saltar de la semirrígida porque así lo ordenaban los dos pilotos que dirigían la travesía, y que todavía están siendo buscados para que penen por su despreciativa y criminal acción.
Los componentes de la expedición no se conocían entre sí, salvo algunos casos. Fue en el momento en que se organizó el viaje cuando fueron reunidos, cada uno desde el punto en el que estaba, para marchar a Ceuta. Todos han manifestado ser de Guinea Conakry, al igual que lo eran los fallecidos.
Se va a intentar que el juzgado autorice un plazo antes de proceder al entierro
Los cadáveres están guardados en las neveras del depósito y del Hospital y se va a solicitar al juzgado que permita su mantenimiento durante un tiempo concreto para poder localizar a los familiares de estos jóvenes e intentar, si es posible, su repatriación a los poblados de origen.
Es una labor complicada pero ya hay entidades, la propia funeraria y oenegés que intentan dar con las identidades para conseguir que, al menos, las familias tengan noticia de la tragedia y puedan entonces conseguir una repatriación.
En este caso la tarea está siendo algo más complicada porque al parecer los fallecidos no tienen familiares conocidos en Europa. Esta tragedia ha sido una de las más importantes en el ámbito migratorio por la cantidad de personas fallecidas en el mismo suceso; un número que podía haber sido mayor de no ser por la rápida intervención de los agentes que estuvieron operativos durante esa fatídica madrugada.