Nuevo colapso en el trayecto hacia la frontera con colas que llegaban, ayer tarde, hasta Juan XXIII. Esta es la visión que se toparon los turismos que marchaban hacia el Tarajal o regresaban, quedándose atrapados en un caos de tráfico en el que ni se respeta la distribución de los carriles tal y como se concretó desde la Delegación. Así el configurado para uso de los vehículos de servicio público, termina siendo empleado por todos los vehículos en general.
Las retenciones generadas en la tarde de ayer terminaron provocando el efecto no deseado: que las colas llegaran hasta la guardería ‘La Pecera’, zona en donde ya resulta complicado aligerar el tráfico rodado. Ya el pasado fin de semana los representantes de sectores como el de autobuses o el del taxi mostraban a este medio su malestar por lo que está ocurriendo, lamentando que el espacio que Delegación del Gobierno ideó para ellos y para los servicios de emergencia, termine siendo ocupado por los demás coches, dando pie a los embotellamientos.
Ambos sectores hablan de “infierno” y de la “mala educación” de algunos conductores que no respetan las normas, lo que termina provocando retenciones, que son aún mayores con motivo de una OPE que todavía no ha mostrado la fase de mayor presión.
La Delegación del Gobierno dio visto bueno a esta obra precisamente para aligerar el tráfico y favorecer que el servicio público y de emergencias no se vea afectado. La predisposición es buena, pero traducido a la realidad no funciona cuando ni se respetan las propias normas.