“España sigue siendo un importante punto europeo de tránsito de narcóticos que vienen de América Latina o de Marruecos, especialmente vía Ceuta o Melilla”, señala el departamento en el documento publicado este mes y al que ha tenido acceso ‘El Faro’. En dichas conclusiones se valora el “uso de pequeñas avionetas para mover cantidades de hachís” grandes o pequeñas, significando la alternativa que puede ser la explotación de la vía aérea sobre la marítima, más tradicional.
Estados Unidos muestra su preocupación argumentando la posible consolidación de lazos entre las redes del narcotráfico en América Latina y África Occidental, “aunque no hay evidencia de una mayor introducción de cocaína por el norte de África”, destaca, en alusión al posible uso de esta ruta para desviar parte del tráfico de este tipo de droga por este canal. Una valoración que no sorprende a las fuerzas de seguridad españolas que ya desde hace años han advertido pases a pequeña escala de cocaína, de forma aislada, por la frontera del Tarajal.
En el citado informe se lanza una alerta sobre los cambios que, de forma gradual, pueden ir aplicando las organizaciones dedicadas al narcotráfico, explotando la vía aérea para la salida de grandes cantidades de droga o pequeñas. Se cita expresamente la alerta sobre la penetración de cargamentos dispersos y de otros más pequeños usando helicópteros o pequeñas avionetas. “Los esfuerzos de las fuerzas españolas” resultan clave para lograr el veto a estas operaciones “gracias a una combinación en el control fronterizo y marítimo”, se señala.
La alerta de las fuerzas americanas se produce en un momento en el que los servicios antidroga de la Benemérita esconden ejemplos de intervenciones de ambos tipos: a gran escala -con el decomiso de 300 kilos de hachís en el interior de un helicóptero intervenido en la península- y a pequeña -con los servicios desarrollados en Ceuta que llevaron a la culminación de la investigación y al conocimiento de, al menos, algunas de las personas que estaban detrás del pase de hachís en pequeños aviones de aeromodelismo, tal y como se publicó en la edición del pasado domingo-.
Este informe, en el que se hace una valoración sobre el narcotráfico y se reflejan algunas de las alertas que a juicio de las fuerzas estadounidenses pueden definir el tráfico de narcóticos en la actualidad- señala tanto a Ceuta como a Melilla como las puertas de entrada del narcotráfico asentado, mimado y fortalecido en Marruecos.
¿Y qué piensa de todo esto el Instituto Armado? El cierre de sus investigaciones da pie a la realización de informes en los que se constatan hechos. Con los llevados a cabo en torno al tráfico de hachís en avionetas se concluyó la existencia de unas personas que habían pretendido una nueva forma de pase de narcóticos. ¿Con qué intenciones?, ¿establecer nuevas vías de pase o probar con hachís la debilidad o no de los controles? Las cuestiones quedan en el aire. En Ceuta no se han vuelto a detectar más avionetas ni tampoco han considerado sus hallazgos como una forma de alerta, una vía que obligue a reformar los controles. La interpretación que, en su informe, realiza Estados Unidos se encuadra en una valoración más genérica de lo que, temen y advierten, puede ser el nuevo tráfico de estupefacientes.
Fuentes de la Guardia Civil han señalado a ‘El Faro’ que desde Ceuta se participa en el plan de actuación a nivel nacional para combatir el tráfico de estupefacientes tanto en avionetas como en helicópteros. La vigilancia que hacen las patrullas desde Ceuta sirven para trasladar información sobre detecciones de vehículos que puedan dar pie a intervenciones de mayor calado que se llevarían a cabo en el sur peninsular, zona a donde va destinada la mercancía.
Y como ejemplo: una operación
La Guardia Civil ha interceptado en Andalucía un helicóptero y un autogiro que transportaban droga, se ha incautado de 300 kilos de hachís y ha detenido a tres personas, dentro de una operación que ha contado con el apoyo de las autoridades marroquíes. En un comunicado, la Guardia Civil informa de que la operación ha sido posible tras el análisis de la documentación y los datos obtenidos en anteriores investigaciones y por ello estableció un dispositivo orientado a la interceptación de aeronaves dedicadas al transporte de hachís procedente de Marruecos y a la neutralización de las tramas que las facilitaban. En la operación resultó decisiva la información recabada y facilitada por las patrullas territoriales, de Seguridad Ciudadana e Investigación de las Comandancias de Algeciras, Ceuta, Cádiz, Málaga y Sevilla, así como de las autoridades de Marruecos, afirma la nota. A través de esa información se detectó que en la madrugada del 26 de febrero se iba a llevar a cabo un envío de hachís, por lo que varios helicópteros de la Guardia Civil activaron un dispositivo que culminó con la interceptación de un helicóptero modelo Robinson 44 cargado con 300 kilos de hachís en Pilas (Sevilla), cuyo piloto y único ocupante consiguió en aquel momento huir del lugar.
Asimismo, se detectó un autogiro, que fue interceptado y obligado a aterrizar en Osuna (Sevilla). Su piloto, F.G.D.M., de 45 años y vecino de Madrid, fue detenido y acusado de un delito contra la salud pública. El 5 de marzo fue detenido el piloto del helicóptero, S.L.F.R., de 50 años, de nacionalidad colombiana y vecino de Bormujos (Sevilla), junto con el propietario del aparato, J.L.B.M., de 51 años y residente en la localidad sevillana de Santiponce.
Según la Guardia Civil, debido a la velocidad y capacidad de maniobra de los medios utilizados por los narcotraficantes resultó necesaria la coordinación de varias comandancias de Andalucía, así como el apoyo de medios de detección que ofrecieran una respuesta adecuada. Durante el pasado año, en el marco de un dispositivo similar, se interceptaron 1.000 kilos de hachís, se detuvo a 5 personas y se interceptaron otros dos helicópteros.