Los ceutíes volvieron a mostrar, ayer, su rechazo a la violencia de género, convertida en una auténtica lacra social. Se puso de manifiesto la unión que existe entre las administraciones para sacar a la luz la protesta, pero en el fondo sigue habiendo trabas para avanzar en este campo y evitar la triste realidad que no cesa. Ayer mismo, ironías de la vida, mientras se convocaban varios actos en protesta por este tipo de delito, la propia Policía Nacional detenía a un individuo en pleno centro presuntamente relacionado con un caso de violencia de género. Hechos de este tipo hacen pensar si toda la maquinaria que se pone en marcha tiene el efecto pretendido. Si realmente se está avanzando en el buen camino para conseguir las metas previstas. Algo está fallando para que cada vez sean más jóvenes las denunciantes de casos de violencia de género y para que no se termine con una situación crítica que termina haciendo un daño emocional y psicológico ya no sólo a la víctima directa de estas acciones delictivas sino a los que forman parte de su entorno más directo.