Bajo el lema ‘Protegiendo nuestra atmósfera para las generaciones venideras’, hoy se celebra el Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono, un tema que afecta a todos y que recuerda que hace ya un cuarto de siglo se firmó el Protocolo de Montreal. Este tratado fue firmado con la intención de proteger la capa de ozono que filtra gran parte de los rayos ultravioletas y supuso la colaboración y solidaridad de los gobiernos de numerosos países para proteger el medio ambiente y cuidar de la atmósfera.
En Ceuta hay que recordar el trabajo que entidades como Septem Nostra, Los Verdes o la propia Ciudad están desarrollando día a día por la concienciación social, para que con simples gestos se cuide del planeta. Septem Nostra, perteneciente a Ecologistas en Acción, recuerda que la destrucción de la capa de ozono ha seguido progresando hasta nuestros días. Las medidas de control y prohibición del uso de los compuestos destructores del ozono, que comenzaron en 1987 con el Protocolo de Montreal, y se fueron endureciendo en la década de los 90, en las sucesivas enmiendas al protocolo, han evitado probablemente una destrucción masiva de la capa de ozono, con los consiguientes daños a personas y seres vivos en general. “Sin embargo, es en estos años que vivimos cuando la erosión de la capa de ozono es mayor; precisamente cuando otros problemas ambientales la han desplazado de los medios de comunicación”, señalan los ecologistas.
Por eso recuerdan cifras como la de que la pérdida de ozono en la Antártida alcanza hasta un 50% como media mensual, y en las latitudes medias la capa de ozono ha perdido el 3% de su ozono en el Hemisferio Norte y hasta el 6% en el Hemisferio Sur, con episodios de fuertes pérdidas en la primavera. Y lejos de ser trágicos, los ecologistas apelan al realismo con ejemplos: aseguran que aun cuando se dejaran de emitir todos los compuestos de origen industrial que destruyen el ozono, se estima que sólo se adelantaría 10 años la recuperación de la capa, pero, teniendo en cuenta los efectos beneficiosos para la salud pública, la agricultura y los ecosistemas de este adelanto limitado de la reparación de la capa de ozono, una prohibición radical de uso sería positiva, teniendo en cuenta además la existencia de alternativas en todos los usos significativos de las compuestos que destruyen la capa de ozono.
Por su parte, desde las Naciones Unidas quieren hacer hincapié en la necesaria eliminación y los usos controlados de sustancias que agotan el ozono y las reducciones conexas que no solo han ayudado a proteger la capa de ozono para la generación actual y las venideras, sino que también han contribuido enormemente a las iniciativas mundiales dirigidas a hacer frente al cambio climático. recuerdan la importancia de una capa que ha protegido la salud humana y los ecosistemas reduciendo la radiación ultravioleta dañina que llega a la Tierra.