Agentes de la Guardia Civil recuperaron en la mañana de ayer el cadáver de un inmigrante magrebí que había intentado su entrada a nado enfundado en un traje de neopreno y ayudado de unas aletas. El cuerpo fue localizado cuando rondaban las ocho de la mañana por una patrulla del Instituto Armado en la playa de Juan XXIII. Se trataba de un varón, de entre 20 y 25 años, originario de Marruecos o Argelia, y que había intentado alcanzar Ceuta siguiendo una técnica ya tradicional pero muy arriesgada que usan los jóvenes inmigrantes para lograr un pase que les garantiza la posibilidad de alcanzar su sueño.
El pase, frustrado, terminó con la vida de este joven al que ahora la Policía Judicial de la Guardia Civil intenta identificar. De hecho ayer mismo se trasladaron los datos a Marruecos para tener conocimiento de la posible existencia de alguna denuncia por desaparición al objeto de intentar dar con los datos del fallecido. En un principio cuando el joven fue encontrado por la Benemérita se sospechó que pudiera portar algún tipo de estupefaciente, ya que en su pecho, adosado al cuerpo, se le encontró una bolsa. Cuando se le retiró y se abrió los agentes comprobaron que se trataba simplemente de una muda que iba a ser usada por el fallecido para, una vez en tierra, ponerse esa ropa y entremezclarse entre las personas que rutinariamente pasan por la carretera, sin levantar la mínima sospecha entre las patrullas de las fuerzas de seguridad que circulen.
Operarios de la funeraria musulmana procedieron al traslado del cuerpo al anatómico forense para averiguar la causa exacta del fallecimiento, aunque todo apunta a una asfixia por inmersión al carecer de señales que indiquen alguna muerte violenta motivada por un golpe de mar. De no ser identificado en los próximos días se tendrá que proceder a su entierro en el cementerio de Sidi Embarek sin saberse su identidad. El joven llevaba entre 5 y 8 horas muerto cuando se le encontró.