Mohamed vive en Marruecos, junto a sus padres y hermanos, que reciben con los brazos abiertos a todos los que acuden a su casa de Castillejos a preguntar por la salud del muchacho. Al lado de su cama, en el Hospital Puerta del Mar de Cádiz, uno de sus hermanos, que trabaja en Madrid, pidió permiso para acompañarle cada día. “Sigue igual. Se quedó en coma en el acto”, lamenta su familia que tiene mucha esperanza y “creemos en Alá y en la justicia divina”, dicen. “La otra ya se verá, de momento no queremos ni dinero ni nada de eso. No, por favor. Lo único que queremos es que siga con vida nuestro Mohamed”, añaden. Mientras los médicos actuaban ayudando el herido, las fuerzas de seguridad detectaban al conductor del vehículo gracias a la matrícula que se cayó al suelo tras el impacto. Acusado de omisión del deber de socorro, permanece en libertad a la espera de la evolución de Mohamed.
La familia, agradece el trato “tan bueno y exquisito que le está dando el equipo médico a nuestro hijo, tanto en Ceuta a donde nos desplazamos nada más conocer la noticia, como en Cádiz, donde nos informa su hermano y ya le han operado de la fractura en la cabeza pero sigue en coma y así no siente dolor”, explica. También quieren destacar el papel de las fuerzas de seguridad españolas “que consiguieron localizar a esa persona que ha sido mala porque mi hijo salió disparado y él se fue corriendo y si tanto miedo hubiese tenido que hubiera acudido a la comisaría, no a abandonar el coche”, critica la familia.
“Él está ahora libre y nuestro hijo en una cama y no sabemos si sobrevivirá pero debemos pensar que sí”, es lo único que repiten. Ni venganza, ni dinero, ni leyes, ni nada...”, ahora solo queremos pensar en que se va a poner bien, va a abrir los ojos,... es un chico tan bueno... y por eso primero confiamos en la justicia divina, luego ya veremos”, dicen rotos por el dolor y dando tregua a las lágrimas para ofrecer un te y dejar paso a la sonrisa al recordar las bromas de “un hijo y un hermano excepcional que no se merecía esto”, pero que, confían, “sobrevivirá”, saldrá adelante.
Ayuda a su padre en el negocio
Revisan sus fotos y se niegan a creer que no vaya a sobrevivir aunque permanece en coma. Para ellos, Mohamed deja su estado vegetal cada vez que encienden un teléfono móvil en el que aparecen grabaciones en las que se escucha su voz acompañada por la guitarra. “Aprendió sólo y es realmente bueno”, dicen mientras piden silencio para escucharlo. Toca la guitarra y la mandolina, es muy amante de la naturaleza, le apasiona el fútbol y sobre todo el Real Madrid, las motos, el taekwondo, sus amigos... es bromista desde que era pequeño y muy familiar. Su padre explica que “es como un hijo y un amigo con el que no paro de bromear y además me ayuda mucho en el negocio desde que terminó los estudios con 18 años”. Cada día iba y venía desde Castillejos a Ceuta para llevar y traer mercancía a la tienda de su padre. Trabajador, como le enseñaron a ser en una familia formada por cinco hijos. Fatima, Yusef, Hicham, Mohamed y Sukaina. El menor de los varones es querido por todos en una familia unida que demuestra que ahora más que nunca comparte las lágrimas y la fe para continuar adelante. El matrimonio ha trabajado duro. Ya desde los años 80 el patriarca inició el comercio con la ciudad de diversos productos y consiguió darle a todos sus hijos estudios. El mayor, que trabaja en un banco y culminó su carrera en Tánger, hace de portavoz de una familia destrozada que quiere ir a verle pero que “carecemos de permisos, ojalá nos pudieran ayudar aunque mi hermano está allí, para mis padres sería muy importante estar a su lado”, dice.