La asociación TDAH Ceuta realiza una denuncia tan grave que sorprende que a fecha de hoy no haya sido una prioridad absoluta de las administraciones resolver la falta de medicamento que requieren quienes siguen tratamientos que se están suspendiendo.
Es indignante que haya familias que estén soportando esta situación sin que se les ofrezca una alternativa. Al egoísmo de los responsables se suma su indecencia por permitir que, por ejemplo, haya padres y madres que no pueden llevar a sus hijos al colegio porque en los centros educativos los están expulsando.
La ausencia de tratamiento llega a estos extremos. Aun siendo un problema nacional porque la carestía de ese medicamento no es solo propia de Ceuta, son las administraciones de aquí las que deben intervenir de inmediato para ofrecer alternativas a los afectados.
Estamos ante un problema del sistema que va a más. A la carencia de medicamentos se suma la falta de una unidad mental infanto juvenil que se lleva reclamando desde hace tiempo.
Los afectados recogen firmas, ruegan atención. ¿Pero se puede ser más sinvergüenza que tener a familias desesperadas clamando por un servicio obligado?, ¿acaso ellos son culpables de esta situación? No, son meras víctimas que además soportan el olvido y el desprecio de quienes deberían tomar los asuntos de este tipo con una profesionalidad, empatía y querencia mucho mayor.
Es una vergüenza el olvido, la desatención, la crítica situación en la que se encuentran estas personas sin que su protesta, su queja, su dura denuncia provoque un gesto, una acción, un movimiento por parte de quienes tienen la obligación de intervenir.