Con enorme probabilidad, “luces y sombras” es lo que mejor podría definir esta pomposa producción de un Alfonso Cuarón en cotas de pretenciosidad, en una propuesta tramposa y de metraje excesivo; sin embargo, a su vez insta al espectador a acompañar en la historia a unos intérpretes que lo dan absolutamente todo en sus trabajos por este viaje a lo más profundo de las miserias humanas.
El anglicismo “disclaimer” se utiliza de manera general para referirse a una observación con la que se advierte algo, y puede ser sustituido en español por “aviso” o “advertencia”. Se trata de toda una declaración de intenciones, puesto que el también título de esta miniserie dará que hablar por su simbolismo antes y después de su visionado.
La trama, ubicada en Londres y de lo más intrigante con elevados niveles de interés en algunos episodios, plantea la situación límite de Catherine Ravenscroft (una excelsa Cate Blanchett). Se trata de una reputada periodista cuya vida da un vuelco al recibir de manera anónima un libro que narra algunos de sus secretos más enterrados y oscuros. Se verá obligada a revivir una parte enterrada de su pasado que amenaza la relación con su marido Robert (Sacha Baron Cohen, irreconocible encarnando así de bien un personaje dramático) y su hijo Nicholas (Kodi Smit-McPhee). El reparto de relumbrón lo completa un Kevin Kline clave en la historia, en la piel de otro personaje de alta carga dramática y en otro más que meritorio esfuerzo actoral que demuestra que el veterano actor está por encime de su extensa trayectoria en la comedia.
En grandes actrices y grandes actores cimenta Cuarón la parte exitosa de una trama poderosa aunque previsible, que podría haberse gestado en formato cinematográfico o de miniserie con un par de capítulos menos para evitar redundancias, elementos superfluos o esa irritante voz en off que resta a la narración más de lo que suma.
Destaca de la serie, además de las grandes interpretaciones, la soberbia fotografía, digna de un artista del oficio como Cuarón, la cuidada elaboración, plano a plano, secuencia a secuencia, con composición visual de escenarios milimétricamente seleccionados con todo lujo de detalles. Los saltos temporales tampoco resultan confusos, algo que resulta de agradecer para la inmersión por completo en este mar de dudas que la historia propone en torno a quien se sitúa al otro lado de la pantalla.
Prácticamente nada, en definitiva, se sale en esta producción del primer nivel en las calidades de manufactura, materias primas y elementos para su creación, que recorre un camino, no obstante, demasiado largo, y que apostilla la moraleja de que, aunque se disfrute del viaje, la mayoría de las veces uno lo que desea es llegar al destino sin tanta dilación.
Absténgase, ya que va la cosa de advertencias, el público sensible, puesto que el guión y su director no ahorran en escenas explícitas y otros elementos psicológicos truculentos. No engañan cuando comienzan cada capítulo con un párrafo que asegura que no se trata de un producto apto para todos los públicos, algo que paradójicamente suele servir siempre más como estrategia de márquetin que como elemento de disuasión. Así de curiosa, morobosa, osada, llámenlo como gusten, es la condición humana…
La ficha
Dirección: Alfonso Cuarón (Creador), Alfonso Cuarón.
Año: 2024.
País: Reino Unido.
Duración: 45 min.
Género: Serie de TV. Thriller. Intriga. Drama. Thriller psicológico. Miniserie de TV.
Intérpretes: Cate Blanchett, Kevin Kline, Sacha Baron Cohen, Lesley Manville, Kodi Smit-McPhee, Louis Partridge, Leila George, Hoyeon.
Música: Olivier Arson.
Guion: Alfonso Cuarón, basado en la novela de Renee Knight.
Fotografía: Emmanuel Lubezki, Bruno Delbonnel.
Productora: Coproducción Reino Unido-Italia; Esperanto Filmoj, Anonymous Content, Parts Labor.
Productor: Alfonso Cuarón.
Distribuidora: Apple TV+.
Estreno en España: 11 octubre de 2024