Varias vecinas de Poblado Regulares acudieron a El Faro de Ceuta para denunciar la supuesta okupación de la vivienda de una señora del barrio por parte de la hija de su cuidadora, a quien, en un principio, se le cedió la planta de arriba para vivir allí, pero que, finalmente, trata de hacerse con la casa al completo y dejar a Yamila Karim, inquilina, en la calle.
Por otro lado, Chaima Belechkar, acusada por todos los vecinos de tratar de dejar a Yamila en la calle, ha desmentido esta versión, asegurando que en ningún momento ha tenido la intención de arrebatar a Yamila su vivienda.
Toda esta situación estalló debido a una revuelta provocada, según Belechkar, por las vecinas del barrio, en la que se vio afectada la abuela de Belechkar, una señora de avanzada edad.
Versión de la supuesta afectada por okupación
En primer lugar nos desplazamos hacia la parte inferior de la vivienda situada detrás de la antigua comisaría de Los Rosales, en Poblado Regulares, en la que vive Yamila, conocida por todos en el barrio.
Una vez allí, varias vecinas sentían una gran indignación por todo lo ocurrido, nos adentramos en la vivienda y Mina Hamed, vecina del barrio, fue quien contó la versión de la historia desde la vivencia de Yamila.
Según estas vecinas y la propia Yamila, esta señora lleva viviendo 40 años en esta casa, pues, a pesar de que en sus papeles se recoge que su nacimiento fue en 1970, todos son conocedores de que su edad es mucho más avanzada.
Su trabajo en esta casa era cuidar a un antiguo matrimonio cuyo marido formaba parte de los Regulares. Cuando el matrimonio falleció, Yamila hizo de la casa su vivienda habitual, con el permiso del hijo de este matrimonio que actualmente vive en Palma de Mallorca.
Según cuentan las vecinas, Yamila pasó por una etapa abrumadora debido a problemas con el que era su marido, una situación que la dejó devastada, perdiendo incluso la noción de la realidad.
En este momento, Yamila era cuidada por Fatna Ahmed, madre de la supuesta okupa. Durante este estado en el que Yamila no se encontraba muy bien cedió la parte de arriba de su vivienda a la hija de su cuidadora en aquel entonces.
Actualmente la cuidadora es Sara Hamed, a quien, Chaima Belechkar, inquilina de la vivienda superior, ha interpuesto una denuncia por supuestas amenazas y acoso.
Nisri Hamed, hermana de Sara, asegura que el fin de esta denuncia es “deshacerse de las personas que quieren ayudar a Yamila para que ella pueda quedarse con la casa tranquilamente”.
Cuentan que Yamila hizo el favor a esta joven de cederle la segunda planta de la vivienda con la condición de que ella tuviera acceso libre a su azotea, cuyo acceso debe ser pasando por la planta superior, en la que vive Belechkar.
Las vecinas cuentan que, en un principio, ella aceptó pero que, de un momento a otro levantó una pared de ladrillos en las escaleras de acceso a la segunda vivienda y abrió una puerta “ilegal” en la fachada, cambiando la cerradura y cortando por completo el acceso a la estimada azotea de Yamila.
Desde entonces todo se volvió un calvario en la casa. Yamila siente que ha perdido el poder en la que era su vivienda y donde ha pasado gran parte de su vida y no entiende como esta situación ha llegado a tal punto.
Yamila Karim afirma no recordar vivencias y momentos durante cierto periodo de su vida en el que estaba pasando por un mal momento y estaba siendo cuidada por la madre e hija anteriormente mencionadas, ya que las vecinas afirman que ambas cuidaban a Yamila.
Un audio que podría haber sido grabado bajo presiones
Yamila, junto a Sara, su actual cuidadora, ha afirmado que tanto Chaima Belechkar como Fatna Ahmed habían presionado a Yamila para grabar un audio en el que constara que Yamila daba permiso a Belechkar para cerrar el hueco de la escalera y abrir una puerta de acceso directo e individual a la vivienda superior en la que reside Belechkar.
Tanto Yamila como Sara Hamed han recibido una denuncia por parte de Belechkar por acoso hacia su persona, su madre y su abuela.
La actual cuidadora, Sara, ha contado que, nada de lo contado en esa denuncia es cierto y alude a testigos que pueden salvar su versión. “Nosotros no hemos tocado a nadie, no le hemos hecho nada a nadie”, dijo Sara.
Además, asegura que el estado de Yamila antes de ser cuidada por ambas era otro completamente distinto al que ahora presenta y que “le ponían pañales cuando ella no los necesitaba”.
El tema del empadronamiento también es un tema que nadie se explica. Según las vecinas, Yamila estaba empadronada en esta casa, pero sin explicación alguna ella ya no aparece, siendo Belechkar la única empadronada en la vivienda, y por tanto, la única con potestad sobre ella.
En resumen, las vecinas creen que las antiguas cuidadoras quieren deshacerse del círculo de Yamila para poder hacer y deshacer a su antojo y piden que Yamila recupere su vivienda al completo.
“Yamila no está sola, tiene el apoyo de todos los vecinos”, concluyó Sara Hamed.
Versión de la supuesta okupa
Tras terminar de recoger todos los testimonios en casa de Yamila Karim, era hora de conocer la otra versión de los acontecimientos. Chaima Belechjar y Fatna Ahmed se desplazaron hasta las instalaciones de El Faro para contar con pelos y señales todo lo ocurrido, según su versión de los hechos.
Belechkar cuenta que la propia Yamila insistió a su padre para que fuer a vivir con ella a la planta de arriba de la vivienda en la que no tendría que pagar alquiler. Tras pensarlo detenidamente aceptó y decidió hacer obra antes de entrar a vivir.
Una vez los albañiles entraton en la vivienda, cuenta que Yamila le pidió que abiera una puerta para su propio acceso por donde pasaran los albañiles y de este modo cada una podría entrar a su vivienda por su propia puerta.
Llegaron a un acuerdo: cada una sería dueña de su puerta pero Yamila tendría acceso libre a su azotea, pudiendo hacer uso de ella cuando quisiera, por lo que Belechkar le dio una llave.
Todo estaba en orden hasta que, según cuenta Belechkar, Yamila empezó a subir con desconocidos a la azotea, dejando pasar por su vivienda a gente que podría ocasionar daños en ella o cualquier otra acción.
(Hacer un inciso para aclarar que, el hijo del matrimonio que vive en Palma de Mallorca conoció que Yamila había cedido la parte superior de la vivienda a Belechkar cuando ya vivía ahí, estando conforme con lo decidido por Yamila siempre y cuando Chaima Belechkar no intentara hacerse con la vivienda y dejar a Yamila en la calle).
En reiteradas ocasiones le pidió a Yamila que terminara con esta situación pero en vista de que el fin no llegaba decidió cambiar la cerradura. De esta manera Yamila perdía el acceso por completo a su azotea.
A partir de este momento comenzó una auténtica guerra entre Belechkar, Yamila y las vecinas que dicen pedir justicia para Yamila.
Belechkar tomó esta decisión porque se sentía insegura en su propia casa y tuvo que tomar esta decisión.
A partir de ese momento dice haber sufrido acoso, insultos y amenazas, siendo el último acontecimiento la gota que colmó el vaso y el que no podían dejar pasar.
Según cuentan, tanto Belechkar como su madre, Fatna Ahmed, las vecinas que rodean a Yamila organizaron una auténtica revuelta en la que la abuela de Belechkar fue la víctima, además del bebé de Belechkar, a quien sin pudor hacían llorar, regocijándose estas vecinas en su llanto.
“Pegaron porrazos en la puerta y nos insultaban y amenazaban”, cuenta la actual inquilina de la casa.
En cuanto a lo que el empadronamiento se refiere, Belechkar asegura que ella acudió a registrar su empadronamiento en la vivienda con el recibo de la luz a su nombre y que para su sorpresa, en esa vivienda no había nadie empadronado. La manera en cómo las facturas han pasado a estar a nombre de Belechkar es un tema que tampoco se explican las vecinas, tampoco Yamila, que asegura no acordarse de muchas cosas durante este proceso.
A pesar de toda la situación vivida, Belechkar ha mostrado su voluntad de acuerdo y de llegar a un solución. Asegura que ella no quiere arrebatar su vivienda a Yamila y que está dispuesta a devolverle el acceso a su azotea siempre y cuando no lo haga con personas desconocidas que puedan ocasionar daños a su propia vivienda.
Pronto se verán las caras en el juicio, un juicio al que también acudirá el hijo del matrimonio de Regulares fallecido, que actualmente está indignado con la situación.