El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, culminaba este viernes su ronda con los distintos líderes autonómicos, entre ellos los dirigentes de Ceuta y Melilla, Juan Vivas y Juan José Imbroda. Ambos mandatarios pudieron trasladar los asuntos que requieren de una intervención más urgente por parte del Estado.
No son momentos de comportamientos pueriles, sino de evidenciar que uno es presidente de su ciudad antes que representante político de un partido.
Y eso siempre lo ha tenido claro Juan Vivas, quien no dudó ayer, en respuesta a varios medios de comunicación, en dejar claro que siendo presidente de todos los ceutíes debe defender lo que considera mejor para esta tierra y, en el caso de la gestión relativa a los menores extranjeros no acompañados, eso pasa por una reforma de la ley de extranjería.
Sánchez ha podido departir en La Moncloa con todos los dirigentes autonómicos a excepción de Isabel Díaz Ayuso. El presidente del Gobierno de España ha escuchado los problemas y reclamaciones de los territorios que conforman este país y que deben ser escuchados cara a cara, en encuentros directos.
Vivas ha valorado el interés por la resolución de aquellos asuntos que afectan más a nuestra ciudad y que tienen mucho que ver con la necesidad de garantías. Garantías para una tierra marcada por factores como la extrapeninsularidad o gastos derivados de su condición fronteriza. Marcada también por la necesaria disposición de suelo para construir y por una urgente inversión en áreas cuyo déficit es claro como son las relativas a la sanidad.
Vivas ha encontrado en el Gobierno central el talante de seguir respaldando políticas que ayuden a mejorar la situación de una Ceuta que se enfrenta a ambiciosos cambios, a un futuro con alternativas y progreso.
Queda mucho por hacer y en eso se ha centrado el debate entre ambos presidentes enmarcado en una lealtad institucional de peso para conseguir mejoras para Ceuta.
A nuestra ciudad siempre le ha ido bien respetando a las administraciones, sean del color que sean. Esa es la clave, porque nunca un presidente autonómico debe usurpar la alcaldía para hacer política partidista ya que su deber es la defensa de lo mejor para todos los ciudadanos, lo hayan votado o no.
Esa es la clave, la diferencia entre presidentes como la propia Díaz Ayuso, que pierde la oportunidad de abordar asuntos de interés para los madrileños con el presidente de todos los españoles, o Juan Vivas quien no duda incluso en defender medidas contrarias a la línea de la dirección nacional de su partido porque se debe a su pueblo, a la búsqueda de las soluciones mejores. En el caso de la gestión de los menores extranjeros no acompañados, la reforma de la ley de extranjería es lo necesario.
La cita entre Vivas y Sánchez es histórica, como lo son los asuntos abordados con los que se quieren resolver problemas tan graves como el déficit en materia de vivienda en comparación con el resto de España; razón por la que se precisa la puesta en marcha de una acción concertada entre las dos administraciones para la construcción de viviendas sociales y de precio asequible, o que la hacienda de la Ciudad debe ser compensada por los gastos que incurre en la producción de agua, en el transporte de residuos a la península y, sin tener atribuida la competencia, en educación.
El Gobierno de España encomendará a los distintos ministerios responsables el estudio de los problemas locales surgidos para atender a una tierra igual de española que el resto, pero sometida a condicionantes por su mera ubicación geográfica que obliga a que, al igual que Melilla, se le atienda con una mayor celeridad, implicación y respeto.