Sirve con delicadeza la leche. Presto y sigiloso, deja en la barra dos cafés acompañados de un sobre de azúcar. Quien está tras este gesto tan cotidiano y rutinario carga en sus espaldas una historia. Él es un chico joven llegado a Ceuta tras una dura travesía en la que dejó su país de origen.
Al igual que sus otros compañeros, viste uniforme negro y aprende todos los entresijos de la profesión bajo la batuta de los docentes del instituto Almina. Sin hacer ruido y con cierta sincronización van de un lado a otro en el espacio habilitado como cafetería en el centro. Uno de ellos, sonríe y habla sobre esta experiencia. “Cuando termine el curso buscaré un trabajo. Es muy bueno y da la oportunidad de estudiar. Tenemos también prácticas donde estaré en una empresa y allí podrían contratarme. Voy a terminarlo hasta el final”, expresa. Su nombre es Andan Chairi y su deseo no dista del de muchos otros en una situación similar.
José Manuel Ortega, responsable de Formación de CCOO: "Es bienestar para ellos, a nivel personal y pueden desarrollarse en esta rama”
A solo unos metros, más al interior de las instalaciones, están repartidos entre las mesas y los fuegos otros menores extranjeros que, a diferencia de los primeros, van con bata blanca y un gorro a juego. Parten con paciencia un pollo. “¡Qué cruja! ¡Sin miedo!”. Es la voz de Chari, su mentora, que les enseña a hacer paso a paso una receta. Estas imágenes tienen tras de sí un valor que no es otro que el de brindar un apoyo a aquellos que viven en la ciudad y que esperan emprender un nuevo rumbo en España. Café y fogones para construir una nueva vida a través del ámbito laboral.
Éxito
Ambos programas, uno de cocina y otro de restauración, son impulsados por la Unidad Provincial de Comisiones Obreras (CCOO), cuentan con subvención del Ministerio de Educación y han cosechado éxito en ocasiones anteriores.
Así lo traslada José Manuel Ortega, responsable de Formación y Empleo de la organización sindical. Sabe por vía indirecta que antiguos estudiantes a día de hoy hacen uso de estos conocimientos adquiridos. “Es un certificado que les vale no solo en Ceuta. Nos consta que muchos están empleando esta enseñanza en otros lugares destinados a la hostelería en la Península”. No solo se trata de labrarse el futuro. Es también un puente hacia la integración e instrucción básica, como lo es el desarrollo del idioma. “Esto es bienestar para ellos, no solo a nivel personal, sino que, a lo largo de sus vidas pueden desarrollarse en esta rama”, cuenta. Proceden del centro de La Esperanza, de Samu o de Engloba.
Ortega: "Nos consta que muchos usan esta enseñanza en lugares de hostelería en la Península”
Emplean alrededor de cinco meses en obtener toda la teoría para, más tarde, ejecutarla en locales con los que la entidad tiene convenios firmados. Estas primeras clases también ponen el foco en el lenguaje. “Necesitan desarrollarlo para diferenciar, por ejemplo, una cuchara de otro utensilio. Desde lo más simple y fácil”, relata. “El equipo que está formado por quienes imparten materias de ramas troncales es el que les enseñan prácticamente este conocimiento”, comenta. Parten de cero y cuando finalizan esta etapa, ya tienen consigo un añadido.
Andan asegura que a través del programa se prepara para desempeñar un empleo. “Antes no sabía cómo montar una mesa. Ahora he aprendido muchas cosas”, incide. “He conocido a personas, entre ellas a ‘Fructu’, que es el mejor”, expresa. Él, personalmente, pide a todos los jóvenes como el que estudien “sin eso no se puede hacer nada”.
A golpe de fuegos, ollas y cafeteras reciben lecciones, enlazan amistades y construyen, paso a paso, esa puerta que les abra el futuro.
Una participación completamente voluntaria
Ortega destaca que los menores que están matriculados participan de modo completamente voluntario. “Sé por parte de los docentes que están empleándose en ello”, narra. Al inicio se dan ciertos obstáculos, pero las trabas no son nada que no puedan superar.
“Al principio se hace duro y complicado porque tienen que enseñarles a hablar”, menciona. “Los profesores tienen ya bastante experiencia con estos colectivos”, expone. Este curso es el único con el que cuentan estos menores, pero, desde CCOO no descartan incorporar otros centrados en otros sectores, como la jardinería o la peluquería.
“Presentamos tres programas. Nos aprobaron dos, pero eso no quita que el año que viene o en adelante desarrollemos esta actividad con otras materias”, apunta.