El puerto de Tánger Mediterráneo ha recibido recientemente el primer cargamento de carne fresca importada desde España, una medida que forma parte del esfuerzo del gobierno marroquí para controlar los precios de la carne roja en un momento de precios récord.
Tres camiones llegaron al puerto con alrededor de 100 toneladas de carne fresca, divididas entre carne de vacuno y ovino. Esta importación responde a la necesidad urgente de abastecer el mercado marroquí con productos de calidad a precios razonables, en un contexto económico marcado por la escalada de los precios de la carne.
De las tres unidades que llegaron al puerto, dos se dirigieron a la región de Casablanca-Settat, mientras que el tercero continuó su ruta hacia Fez. Según fuentes cercanas al proceso, se espera que el precio de venta al por mayor para los carniceros autorizados por la Oficina Nacional de Seguridad Sanitaria de los Productos Alimenticios (ONSSA) oscile entre 80 y 90 dirhams por kilogramo para la carne de vacuno, y alrededor de 100 dirhams para la carne de ovino. Estos precios resultan ser una respuesta directa a la alta inflación que ha golpeado los bolsillos de los consumidores marroquíes en los últimos meses.
Además de la carne congelada y los animales vivos, el gobierno marroquí ha dado luz verde a la importación de carne fresca o recién sacrificada, una novedad que busca garantizar la calidad del producto y mantener la competitividad en el mercado. Para cumplir con los estándares internacionales, la carne fresca será transportada bajo condiciones estrictas de refrigeración, tanto por vía aérea como marítima, siguiendo los protocolos de la Unión Europea. Asimismo, todo el proceso está regulado por acuerdos internacionales de salud pública y seguridad animal, con un certificado "halal" que garantiza su cumplimiento.
Es importante señalar que, a pesar de la apertura de estas importaciones, la medida será temporal y no se extenderá más allá de los tres meses. El gobierno ha establecido este plazo para controlar la inflación relacionada con los precios de la carne, pero también para preservar y reconstruir el rebaño nacional de vacuno y ovino, evitando que el país dependa excesivamente de las importaciones a largo plazo.
Mientras tanto, en Casablanca, los mayoristas de carne roja están a la espera de la aprobación del Consejo de la Ciudad para participar en el proceso de importación, lo que podría ampliar aún más la oferta de carne en los mercados locales en las próximas semanas.
Este paso refuerza los esfuerzos del gobierno marroquí por garantizar la estabilidad en el mercado de la carne roja, uno de los productos alimenticios más sensibles y de mayor consumo en el país, y al mismo tiempo busca fortalecer la cadena de suministro interna para hacer frente a la creciente demanda.