La situación en el Príncipe poco ha cambiado, a pesar de los controles policiales, las marcadas estrategias políticas que se venden a través de los medios de comunicación y las promesas de poner en marcha grupos de trabajo para resolver, entre otras problemáticas, la relacionada con la seguridad. Y poco ha cambiado porque en la noche del pasado sábado volvieron a producirse los apedreamientos más virulentos contra las fuerzas de seguridad que parecían algo mermados.
Los agentes de la UIP llegados de Valencia que, desde la finalización de la campaña electoral, se encuentran de servicio móvil en el Príncipe tuvieron que intervenir con las patrullas de la UPR para hacer frente a la lluvia de piedras con la que un grupo de individuos quería mostrar su rechazo a las fuerzas de seguridad. Piedras y algo más, ya que los agentes se toparon con naranjas, vasos, jarrones y hasta bengalas. Sí, como leen, bengalas contra los policías. Al menos dos fueron las que se arrojaron contra los efectivos que se encontraban de servicio a la altura de la explanada del Reina Sofía. Este es el punto en donde, de acuerdo con las directrices en materia de seguridad, está destinada la Policía Nacional para garantizar mayor seguridad en el entorno de la barriada.
Tal y como informaron fuentes de la Jefatura Superior, los agentes, ante la lluvia de piedras y objetos recibidos, rechazaron la agresión haciendo uso de gran cantidad de material antidisturbio. Durante cerca de dos horas los agentes llegados de Valencia, junto a las patrullas de Ceuta repelieron el ataque gastando, prácticamente, todo el material de que disponían. No se produjo detención alguna ni tampoco identificación de las personas implicadas en esta algarada, algo que resulta casi imposible debido al amparo urbanístico que ofrece la barriada para que quienes actúan en este tipo de altercados puedan escapar sin problemas.
El del pasado fin de semana viene a ser el ataque más importante de los llevados a cabo contra las fuerzas de seguridad. En esta ocasión le tocó a la Policía, pero la Benemérita tampoco escapa. De hecho tal y como informaba este medio en su edición de ayer, patrullas del Cuerpo, a su regreso del servicio por la carretera de la ITV también fueron objeto del lanzamiento de piedras sin que se hayan podido practicar detenciones.
Detenciones complicadas
Durante los últimos meses las fuerzas de seguridad han llevado a cabo un trabajo de campo importante para la identificación de personas presuntamente implicadas en la práctica de delitos. Pero la identificación y los indicios de poco sirven ante la justicia que requiere de la existencia de pruebas paran poder penar judicialmente a los presuntos partícipes en atentados. A la identificación se une la necesidad de detener a los implicados en las algaradas sorprendiéndolos de manera in fraganti para que exista la conexión necesaria como para relacionarles con los hechos. Esto en una barriada como el Príncipe resulta una odisea, debido al caos urbanístico que existe debido a la dejadez que durante años ha permitido que la zona se vaya transformando como una ratonera.