No queda más remedio que volver a hablar sobre las duraciones de las sesiones plenarias, porque la de ayer batió todos los récords. De manera independiente a que los grupo políticos decidan pedir o no que las sesiones sean transmitidas íntegramente y que luego se vuelvan a repetir durante los fines de semana, hay una pregunta mucho más importante: ¿de verdad creen que los ceutíes están interesados por doce horas de sesión plenaria? Lo primero que sería necesario es que ellos mismos hagan un examen de conciencia y de verdad, con la mano en el pecho, se pongan al otro lado de la pequeña pantalla. Un tostón de esta índole no lo soporta nadie, porque aquí se ha planificado mal el funcionamiento del pleno como órgano, pero nadie parece decir nada en contra. Será porque todos están de acuerdo, al menos en una cosa.