La situación de crisis migratoria que vive Ceuta obliga a algo más que buenas palabras. Dice el presidente de la Ciudad, Juan Vivas, que espera que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no deje abandonada esta tierra. No hay esperas que ofrecer, Ceuta se merece el anuncio de una decisión inmediata y urgente para recuperar cierta tranquilidad.
El CETI está sufriendo una sobreocupación que no puede extenderse por más tiempo en una ciudad fronteriza sometida a riesgos. Es inviable mantener unas instalaciones preparadas para 512 personas con 800. No se puede confiar únicamente en las salidas programadas porque, la experiencia manda, los periodos críticos son cíclicos y las presiones en frontera siempre están al acecho.
Los recursos habilitados para la acogida de menores han llegado al límite con 508 acogidos. Hay un dato demoledor: 300 han entrado en agosto y 100 en los últimos 15 días. Los meses venideros son, además, especialmente vulnerables ya que coinciden con el inicio del curso escolar y tradicionalmente ha habido más entradas.
Ante esto Ceuta no puede estar sola. El presidente de la Ciudad ha dejado claro en todos los foros en los que ha podido tener espacio cuál es la situación. El Gobierno central debe ofrecer resultados inmediatos, medidas claras y urgentes para no seguir en este punto especialmente crítico para toda la ciudad.
No se trata de un asunto que afecte solo a las instituciones, afecta a toda Ceuta en general y el Estado debe atender de inmediato las alertas que están surgiendo a este lado del Estrecho.
No se trata de dinero, no se trata de parchear la problemática con créditos extraordinarios.
Se trata de establecer un protocolo inmediato de actuación que establezca un límite de acogida de inmigrantes en Ceuta adaptado a esta situación de escasez que se padece y de clara inestabilidad por mera ubicación geográfica.