Después de todo lo que está pasando no vienen mal unas risas. Seguro que nos hincharemos a oír chistes y Puigdemont.
Lo dijo y lo hizo. Pocos sabrían la puesta en escena: el President de la Generalitat, al comisario jefe de los Mossos, Eduard Sallent, máximo rango que existe en la policía catalns, el presidente del Gobierno Pedro Sánchez y el ministro del interior Grande Marlasca. Suponiendo que no sabían nada sería absolutamente más grave el asunto.
Acompañado de una comitiva de miembros de Junts y partidarios del líder independentista, Puigdemont ha recorrido el Passeig Lluís Companys hasta el Arc del Triomf de Barcelona, donde ha pronunciado su primer discurso tras su vuelta. “Hoy muchos piensan festejar que yo sea arrestado y pensarán que el escarnio nos y os disuadirá, que para escarmentar vale la pena incumplir incluso una ley aprobada por su parlamento. Pero se equivocan. Y en su error arrastrarán una vez más la credibilidad de la democracia española”. Lo que no ha dicho es el por qué se le imputa:" un delito de malversación con fondos públicos, incluso la Comunidad Económica Europea investiga al respecto.
Los jueces son jueces y están sometidos al imperio de la ley. Serán liberales o conservadores, pero sus decisiones deberán ser argumentadas pues así lo mandata la Constitución española y europea. También sus decisiones podrán ser recurridas cuando se estime oportuno por las partes interesadas.
Lo que es innegable es que la mayoría de los que tuvieron responsabilidad política se quedaron en España siendo juzgados y condenados mientras que Puigdemont puso pies en polvorosa y abandonó a sus compañeros. Tal vez estrategia, tal vez para desplegar la pancarta de la persecución del independentismo catalán al mundo entero; nunca lo sabremos a ciencia cierta.
Hoy volvió a ejercer de escapista, se marcó un Houdini:
Ilusionista que se libera de cadenas, esposas o cuerdas que impiden sus movimientos, con frecuencia dentro de una caja aparentemente hermética de la que debe escapar.
Todo previsto, todo planeado, el más mínimo detalle: la hora, la llegada, el paseo, la tribuna, el discurso y el empujón de su abogado para que se metiera por la puerta falsa.
El gobierno español y el catalán lo tenían todo atado y bien atado para desatar al expresident. Todo salió impecable.
¿Dirá algo Pedro Sánchez? ¿Se pronunciará el Mayor de los mossos? ¿Se hará el sueco el president de la Generalitat?
Las palabras de Pedro Sánchez ya están preparadas:
El Ministerio del Interior delegó en los Mossos d'Esquadra la detención de Carles Puigdemont en caso de que regresara a España. El departamento que dirige Fernando Grande Marlaska cedió a la policía autonómica la realización de ese operativo”
La pantomima, la burla, el timo, la engañifa, los trileros... todos preparados.
Preparados, listos...ya.