La Operación Paso del Estrecho se está desarrollando sin incidencias notables, las que podrían considerarse graves, en todo el país.
Las imágenes antiguas de vehículos literalmente abandonados o marcados por una carestía de suministros han dado paso a otra operación más moderna.
Es justo reconocer por tanto el trabajo que ha llevado a cabo Protección Civil, pero de igual manera no hay que obviar que las cosas pueden ser mejoradas como por ejemplo sucede con las colas o el estado del embolsamiento, en donde vehículos esperan horas y horas al sol, lo que termina convirtiéndolos en hornos.
Sí, la OPE está resultando, pero también hay que reconocer que urge una modernización de infraestructuras, una mejora que lleve a que, por ejemplo, no se produzcan ralentizaciones para cruzar al otro lado del paso fronterizo durante horas. O, de producirse sin remedio, se soporten de otra manera.
Las protestas que se han recogido semanas atrás y las que siguen teniendo cabida en los medios deben ser tenidas en cuenta por su veracidad. Es ahí donde se tiene que hacer un ejercicio de reflexión que se transforme en hechos y acciones concretas para convertir los tiempos de espera en periodos más dignos.
No es que se soporten horas de bloqueo es cómo se soportan, es decir, sin un techado completo de todo el embolsamiento que aminore las elevadas temperaturas y sin una información más detallada de la que ya se recibe.
Se siguen perdiendo en el trayecto del puerto a la frontera, de la zona de embolsamiento, mejor ni hablar, peor coordinación no se puede tener y las entregas fuera de perímetro habría que controlarlas que algunos no guardan cola