Como en las ensoñaciones pueriles en donde la vida parece desparramarse, traviesa, por cauces nebulosos y pintados en colores llamativos y absurdos, ayer a primera hora de la tarde, en una sala de las Murallas Reales pareciera como sin un pedazo de la fantasía, recobrara sentido en la mente adulta y en la extensión de unos dedos entretenidos en la faena de creación artística y artesanal.
Porque, a tenor de lo que mostraban los rictus de todos los asistentes, el día del estreno del taller de pintura que imparte el artista Txiki Orozco y que organiza la Consejería de Educación, Cultura y Mujer mediante el Servicio de Museos fue algo así como una declaración de intenciones y espejo límpido a través del cual se conoce exactamente qué va a ocurrir en los diez días que dura dicho taller, concretamente hasta el día veintisiete de este mes, jornada en la que se dará por concluido.
Tras un presentación, poco menos que innecesaria, pues Txiki Orozco es un reputado artista de sobra conocido entre los ceutíes, entre otras cosas porque su arte es un habitual en los diversos espacios culturales de que la ciudad dispone, los alumnos se pusieron manos a la obra con la pose precisa para hacer bien las cosas, por muy difíciles que, a priori, pudieran parecer.
Sentados en una silla, con los brazos acodados sobre la mesa y la mirada concentrada, los alumnos, entre los que habían mujeres y hombres de distintas edades pero con idéntica ilusión, empezaron por dar forma al primero de los puntos que la temática recoge, el concerniente al montaje y tensado de soportes y su preparación así como la imprimación propia en este tipo de labores.
De este modo, y tal y como se comprueba en las fotografías que acompañan el texto, los alumnos, relajados y alejados de la rutina laboral, se afanaban en dar forma a papeles, moldear paneles o hacer encajar cada pieza en el lugar que le correspondiera.
Tales operaciones se efectuaban entre un ambiente agradable y entre los gestos, mayoritariamente de aprobación del artista–profesor, que, no obstante, corregía lo que era preciso sobre la marcha y con sabia respuesta, propio de quien conoce el medio a la perfección; igual que el buen artesano.
Entre una cosa y otra y con la noche tumbada ya sobre el cielo ceutí, el reloj marcaba las siete y media de la tarde, hora en que está previsto que cada día, de lunes a viernes, finalice el taller. Así, el primer día de ensoñación y de colorido se había esfumado hasta nuevo aviso y nuevos retos que abordarán ya desde hoy.
Según lo estimado en el programa será turno de ir dándole forma, dibujo, modelado y composición. El primer bloque versa sobre preparación de soportes e incluye conocimientos de montaje, tensado e imprimación. Los alumnos aprenderán a continuación sobre veladura, preparación de pinturas y aglutinantes durante la impartición del bloque sobre color, que es el tercero; y de óleo, mixtas y temple al llegar al cuarto bloque, el de técnicas. Los contenidos sobre acabados, barnices y enmarcados completan no sólo el programa, que también, sino sobre todo cierran el círculo de unir diversión y colores para vencer la batalla de la oscuridad de la rutina diaria.