La Ciudad tiene previsto implantar un servicio de microbuses para conseguir el cumplimiento de una demanda que roza la discriminación: la ejercida por vecinos de núcleos residenciales cada vez más poblados a los que no llega el autobús. Se trata, por ejemplo, de los vecinos que residen en las proximidades del CETI, en la urbanización La Colina, que no tienen este servicio público. También los de Pueblo San Antonio y la parte superior donde se ubica la ermita que no disponen de este servicio y solo pueden disponer de las conexiones, siempre caóticas, de la línea que llega hasta el cementerio y que pasa cada hora.
Entre los planes de la Ciudad está la llegada de 4 microbuses para que en 2025 Ceuta pueda disponer de esas comuniones, unos servicios que además están pensados para ofrecer comunicaciones de apoyo en colegios, para aumentar frecuencias en barriadas alejadas como la de Benzú o para implantar el búho bus para ser empleado por jóvenes que acuden a los lugares de ocio.
Son mejores buenas para la ciudadanía que vienen a satisfacer además una demanda histórica que no podía mantenerse por más tiempo.
Los ciudadanos de Ceuta, vivan donde vivan, deben disfrutar de los mismos derechos que el resto.
Por eso es importante que a la apuesta dada para la renovación de la flota se sumen otras mejoras como la llegada de estos microbuses pero también la implantación de más líneas en los puntos que ahora sufren de claras carestías.