Independientemente de las creencias, gustos, afinidades políticas o no compartir ideas, está la educación, el comportarse, el respeto y el saber estar en cada sitio, en cada momento o en cada situación.
Los jugadores de la selección española acudieron al Palacio de la Moncloa. El presidente Sánchez es el presidente del Gobierno, el representante de la soberanía popular. Los jugadores forman parte del equipo nacional bajo una bandera, un himno y una patria.
Dueños son de negarse a jugar en el equipo si el seleccionador los convoca; una vez aceptan hay unas normas no escritas, unas maneras y unos valores que deben cumplir.
Dani Carvajal al llegar a la altura del presidente no le mira a la cara, y aunque le tiende la mano para estrechársela lo hace rápido y con desgana. Un gesto que ningún otro de sus compañeros ha tenido.
Como hay de todo en botica, unos han aplaudido y jaleado y otros han rechazado ese instante en el que no venía al cuento la falta de respeto, la insolencia y la desconsideración.
Ya puestos, los jugadores republicanos podrían no haber acudido a la Zarzuela y hacerle un corte de mangas al rey. Los que no se sienten identificados con el himno o la bandera podrían salirse de la fila y seguir entrenando mientras sus compañeros permanecen en actitud de respeto.
Si un político es ateo y tiene que visitar al Papa podría decirle que la religión es el opio del pueblo y que se deje de chorradas.
"Los jugadores forman parte del equipo nacional bajo una bandera, un himno y una patria"
También podríamos haber quemado la bandera inglesa reclamando la españolidad de Gibraltar o haber agarrado una camiseta y, simulando una muleta, pasar por delante de los jugadores británicos y torearlos.
Quemar banderas, pegarle patadas a los protocolos y comportarse como a uno le venga en gana en cualquier sitio tiene su pelendengue.
El “por qué no te callas del Rey”, Milei llamar satanás al Santo Padre, la declaración de intenciones de Vox en Ceuta diciendo que no recibiría al presidente del Gobierno en el Ayuntamiento, el presidente del Parlamento balear rompiendo la foto de una víctima de la Guerra Civil, Celia Villalobos siendo vicepresidenta del Parlamento jugando al Candy Crush en un debate sobre el estado de la nación, el ministro Oscar Puente acusando a Milei de consumir drogas, Trump incitando a sus seguidores a tomar el congreso o la bancada del PP gritando desaforadamente “tongo, tongo” cuando un diputado de su partido, Alberto Casero, votó por error a favor de la reforma laboral.
¿Qué les decimos a los alumnos para que respeten al profesorado?
La mala educación, la agresividad, la intolerancia, el odio, la ira, la venganza.
Y ahora, háblales de valores a los alumnos que te van a mandar a la M mayúscula....
Simplemente es un jugador, no aporta nada a la sociedad, no como un educador, no es facil tener personalidad para saber estar.
La opinión de cada uno es libre. Lo que unos llaman mala educación para otros es otra cosa; eruptar es mala educación para unos y signo de gratitud para otros, ventosear está feo para unos y para otros no. Haciendo el curso de educación física, el profesor de anatomia exigia a sus alumnos a primera hora de la mañana bostezar y estirarse, además con alegría; son cosas que pide el cuerpo. No vayamos por ahí dando lecciones que nos creemos perfectos y nadie lo es por muchos cañonazos que peguemos
Carvajal, un impresentable, mal educado y no merece ser capitán de la selección, si tuviéramos unos dirigentes honestos dentro de la directiva de la federación Española de Fútbol, multarian a toda la plantilla, por su mala educación, pero....