Todos estaban temerosos de aquella batalla que se iba a librar en un país alemán donde deseaban ver campeones a los suyos, pero apareció una “cuadrilla”, que mordió polvo y sudores, donde los mejores eran todos unidos y como dicen: “jamás serán vencidos”.
Presionando, dando y ayudándose en todos los pormenores, y mira que fueron golpeados, pero se levantaron de la lona y fueron capaces de ir a su rival y con sangre en sus ojos mirarlos y volver a morder.
Esta vez buscó un encuentro con la gloria del fútbol un joven talento, que todos lo miran como sustituto de la “pulga”, pero con nacionalidad española, un Lamine Yamal, que con sus dieciséis añitos y un ímpetu de gran guerrero buscó la portería e hizo un escalón que nos hizo recordar a nuestro querido jugador caballa Aisar y con la “ zurda”quitó las telarañas de la escuadra izquierda y puso las tablas en el marcador, para por un lado enmarcar a un gran jugador, poner las tablas en el electrónico, dar tranquilidad a su equipo, y mostrar el camino hacia una aventura, donde juegan dos y solo puede quedar uno, el mejor, nuestra selección.
Y también hay que dar su mérito a un Dani Olmo que con una nueva maestría, corazón y testiculina puso un marcador a favor de los rojos y gualda, que ya no se movió, gracias a nuestros jugadores que supieron estar en el tapete verde del campo teutón que nos tocó en suerte.
Muchos golpes se llevaron los nuestros y especial atención a Nacho que como siempre cumplió jugó, cumplió y golpeó.
Pero no debemos de olvidar un equipo, que fue al fin y a la postre los laureados e importantes un día donde pocos creyeron, pero se convencieron que somos un “algo”, en los niveles internacionales.
Portero: Unai.
Defensas: Jesusito Navas, Cucurella, Laporte, Nacho.
Medios: Rodri, Fabián, Dani Olmo.
Delanteros: Nico, Lamine, Morata.
Todos deben de tener su calle en las ciudades de nuestra España, más los que salieron desde el banquillo y los que no podían jugar por sanción y lesión, pero que estaban allí, respaldando a sus compañeros en la tarea de la moral compartida y equilibrada.
Ya solo nos queda un partido el del domingo, que según las apuestas será Inglaterra, pero ya no tenemos miedos, solo cansancio de jugar, ver a los nuestros y el deseo de ganar y ganar.
Este domingo veremos nuestro nombre en lo más alto, lo intuyo, igual que escuchar nuestro himno nacional en aquellos lugares donde la emigración se llevó a los mejores para hacer fortuna.