Ni el Hospital Universitario se salva de los robos a pesar de estar controlado por varias cámaras de seguridad y disponer de los agentes oportunos. Ingesa ha reconocido el robo en el interior de un despacho del área de oftalmología de una máquina especializada con la que se realizan análisis y pruebas oculares. Dicho aparato, que lo hay en pocos hospitales del país y que está valorado en más de 50.000 euros, fue sustraído del hospital en un descuido, aprovechando que el despacho en el que se encontraba estaba abierto. El autor del robo pudo salir del Hospital sin problemas, llevándose el material sin que encontrara obstáculo alguno en su marcha.
Ingesa considera que el robo obedece a una situación incontrolada ya que el autor del mismo pudo fingir que se trataba de un ordenador y abandonar el centro sin levantar sospechas. El problema se ha generado en el Hospital que ahora carece de un material que resultaba básico y que, en el mercado corriente, tendrá una difícil venta. Se sospecha que el ladrón lo confundió con un ordenador.