Abrazos con fuerza, rostros iluminados de felicidad, pero, también de lágrimas furtivas. Han sido las estampas de la graduación de los alumnos de cuarto de la ESO de La Inmaculada, en Ceuta. Trece años compartidos que, han hecho inevitable, tener las emociones a flor de piel.
Un acto en el que todos han tenido cabida, incluso el talento de tres estudiantes que, para sellar este día, han tocado la mítica pieza de la película ‘Forrest Gump’ para abrir el acto tras las oraciones guiadas por el padre Guillermo María Alberto.
Los alumnos también han emitido sus peticiones a la virgen María, a la que se han encomendado durante estos trece años de enseñanza. Han crecido junto a sus profesores, sus compañeros y en su fe. Varios estudiantes han pedido mantener los lazos entre ellos, tener una guía en el futuro y apoyo para enfrentar los cambios que se avecinan.
El discurso, a diferencia de otros actos de este tipo, ha sido en grupo. Sonrientes han pasado revista por esta trayectoria educativa que, también, ha sido crucial para sus vidas. Han dado las gracias por los valores inculcados durante esta etapa y, visiblemente emocionados, han manifestado cómo han logrado superar todos los obstáculos que han surgido.
Los profesores también han tenido ocasión para dedicar unas últimas palabras llenas de recuerdos, deseos para los próximos años y enseñanza. “Tenéis el mejor traje que se puede confeccionar. Vuestra educación”, ha señalado uno de ellos.
Coloridos trajes, corbatas y sonrisas han desfilado por el escenario vestido de celeste para recibir su banda. Un gesto que despide el curso y abre la puerta a una nueva aventura. Globos y música para diseñar el atrezo. Un marco perfecto para abrazarse con sus docentes en este día especial.
Un jueves en el que separan sus caminos, pero, en el que emprenden una ruta con la mochila cargada de ilusión y aprendizaje.