Pintoresco fue el debate provocado por la propuesta del PSOE para crear la llamada Policía de Barrio. Y lo fue porque después de que la consejera de Gobernación, Yolanda Bel, defendiera por activa y pasiva que con los agentes actuales las barriadas están seguras, al final fue el propio presidente de la Ciudad, Juan Vivas, el que terminó, verbalmente, comprometiéndose a que se trabajará en montar esa Policía. Así que la evidencia se convirtió en la reina del día.
Carracao comenzó a defender su propuesta hablando de la seguridad ciudadana y del subjetivismo. ¿Cómo lo hizo? Quedando bien con las fuerzas de seguridad al defender su labor pero, por otro lado, instando a que “en apariencia” el ciudadano se sienta seguro, y eso se logra con más Policía visual.
Bel se subió al carro de las cifras recalcando que la seguridad estaba garantizada en los barrios. Mientras, entre el público, presidentes vecinales del Príncipe o de Poblado Regulares, lo negaban con sus gestos. Bel sacó datos y dijo que, según la ratio, en Ceuta hay cuatro policías por cada mil habitantes mientras que el Defensor del Pueblo recomienda dos. En su defensa de la gestión política Bel aclaró que ella no podía meterse en la organización policial. “Eso nunca lo debe hacer un político”, dijo, mientras entre el público un ex consejero del ramo, Manuel Coronado, miraba hacia otro lado. ¿Escurrir el bulto? Bel lo negó, aunque fue una frase que le sirvió a Caballas para ejercer su crítica, tildando esas manifestaciones de disparate y acusándole de “dejación de funciones”. Fue el diputado Alí el que denunció el “incumplimiento” de los compromisos del Gobierno al no existir, todavía, una Policía de Barrio comprometida hace años. “Esta propuesta no es nueva, ustedes siempre la han rechazado”, criticó, recordando además que en materia de seguridad ciudadana la Policía Local puede intervenir. “La UIR lo hace. Lo que tiene que analizar es el modelo de Policía Local que tenemos”, dijo.
La sorpresa en este punto llegó cuando el PP llevó una enmienda a la propuesta del PSOE en la que proponía a seguir instando a que haya más policías en las calles. Carracao forzó a los populares a que se implicaran más para, al final, conseguir que Vivas dijera las palabras mágicas: se comprometerá a que exista esa Policía.