El padre José Manuel González se encargó de bendecir un espacio de culto muy deseado por los hermanos de la Cofradía que, además, ha permitido recuperar la Imagen del anterior titular de la Hermandad.
La calle Teniente Pacheco era ayer un hervidero de fe. Y no era para menos. A las 13.00 horas, con un puntualidad inglesa, arrancó la ceremonia para la bendición del oratorio del Santísimo Cristo de la Flagelación. Se trata de un proyecto anhelado desde hace años y que gracias a la gestión de las autoridades religiosas locales se ha hecho realidad mediante Decreto del querido obispo de la Diócesis de Cádiz y Ceuta, Antonio Ceballos Atencia, quien recientemente ha sido sustituido de las funciones de su cargo. Las ganas que los hermanos tenían quedaron claras desde un principio con la gran afluencia de gente y el compromiso con que se afrontó la ceremonia. De hecho, desde el seno de la propia Hermandad ya habían anunciado que “se trata de un cambio de denominación, que conllevará un mayor estatus y solemnidad al lugar desde el que procesionan Nuestros Sagrados Titulares cada Miércoles Santo, además de permitirnos realizar determinados cultos y actos litúrgicos que con la simple denominación de casa hermandad no nos eran posibles. Esto ha conllevado un acondicionamiento del espacio, dotando al mismo de un carácter más adecuado al nuevo uso”. El cambio de estatus ha permitido también recuperar para el culto la imagen del anterior Titular de la Hermandad, el Santísimo Cristo de la Flagelación, talla que fue adquirida a la Casa Aranda de Zaragoza durante el primer cuarto del siglo XX y que procesionaba entonces desde el Santuario de Nuestra Señora de África, formando, junto con dos sayones, parte de un grupo escultórico bastante peculiar. Tras ser sustituida por la actual talla, una obra realizada por el escultor sevillano Juan Manuel Miñarro López en el año 1994, la pequeña y querida Imagen fue retirada del culto, pasando a ocupar un espacio en el Museo Catedralicio de Ceuta, donde ha permanecido hasta la fecha. De esta manera, la Hermandad pretende devolver al culto, aunque de manera privada, a quien fuera su titular durante casi 30 años, habiéndose habilitado para tal fin un pequeño altar en el oratorio ayer bendecido.
La ceremonia fue oficiada por el Director Espiritual de la Hermandad y Deán de la Catedral de Ceuta, el padre José Manuel González Jiménez, quien estuvo acompañado por el Vicario, Francisco Correro Tocón. González bendijo el oratorio con agua bendita y un ramo de laurel y aseguró que “se trata de un lugar creado para reunir al pueblo de Dios (...) para darle las gracias, para instruir en su palabra y que seamos signo de sus enseñanzas”. Sin duda, unos objetivos muy dignos que completan el comprimiso de la Hermandad.