Hoy confieso que me encontraba cansado y decidí tomar un descanso sentado en un rincón muy bonito de nuestra querida ciudad autónoma de Ceuta. Observé un cielo con unas nubes coloreadas por un color rojizo-anaranjado, que hacia un atractivo y a la vez relajante panorama. Me quedé bastante impactado ya que intuía que los últimos rayos solares deseaban dar un excelente espectáculo a todos aquellos que estuvieran en esa franja horaria mirando nuestros cielos.
A mí me dejó perplejo y solo faltó tener al lado mía una provisión de alguna bebida alcohólica.
Los que siempre están por allí sí que tenían su material adjudicado, y estaban tocando la trompeta desde hacía un buen rato. ¡Cuánta envidia tuve en aquel instante!.
Fueron unos minutos que parecían eternos, ya que me tenían la boca boquiabierta. Fue cuando algo me pasó, yo ahora con más tranquilidad creo que me quedaría dormido, pero os juro que todo fue tan real que no podía de dejar de escribir esos pequeños minutos.
"Todos deseamos, todos queremos y lo mejor es saber manejar lo que obtenemos por nuestro trabajo y nuestras remuneraciones"
Me habló una persona de baja estatura, calvo, que vestía un polo blanco y un pantalón vaquero:
“Ya sé que tus días están contados, tus instantes desean ser compartidos y todo lo que quieres es tener dinero. El hombre se alimenta del pan y hay que comprarlo, pero ¿tú te crees que el panadero no desea tener más dinero?. Todos deseamos, todos queremos y lo mejor es saber manejar lo que obtenemos por nuestro trabajo y nuestras remuneraciones.
No te preocupes, hoy estás mal, mañana será un día mejor.
No te agobies, no seas envidioso, todo traerá malestar y debemos de estar con esa tranquilidad que todos deseamos”.
Me desperté y vi muy cerca a mis amigos que estaban tomando alcohol y me pidieron algo para comer, y lo que llevaba se los di.
Ya que me hizo reflexionar que lo que tenía era poco, pero los demás tenían menos que yo.