Ceuta registra una tasa de 3,3 personas con discapacidad residentes en centros por cada 1.000 habitantes (2,1 en hombres y 4,5 en mujeres) y se sitúa así entre las regiones del país con registros más bajos, junto a Melilla (2,5) y Andalucía (3,8), según los datos de la Encuesta de Discapacidad, Autonomía personal y Situaciones de Dependencia, publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
En toda España, según el INE, un total de 357.894 personas residentes en centros tenía alguna discapacidad en el año 2023, lo que supuso el 94,7 por ciento de las personas que vivían en centros. Del total de 357.894 personas residentes en centros que tenía alguna discapacidad, 124.774 eran hombres frente a las 233.121 mujeres. El 65,1 por ciento de las personas con discapacidad residentes en centros eran mujeres y el 34,9 por ciento hombres.
En relación con la edad, el 65 por ciento del colectivo con discapacidad en centros residenciales tenía 80 o más años, el 20 por ciento tenía entre 65 y 79 años y el 15 por ciento tenía entre 6 y 64 años.
El 73,8 por ciento de las mujeres tenía 80 y más años mientras que este porcentaje era del 48,5 por ciento para los hombres. Por su parte, el 25,4 por ciento de los hombres tenía menos de 65 años, porcentaje que bajaba al 9,5 por ciento para el caso de las mujeres.
Las discapacidades más frecuentes estaban relacionadas con actividades básicas de la vida diaria: El 88,6 por ciento tenía problemas de cuidado personal, el 86,9 por ciento vinculados a la vida doméstica y el 86,2 por ciento dificultades importantes de movilidad.
Población con discapacidad por comunidades
Las comunidades autónomas con mayores tasas de personas con discapacidad residentes en centros por cada mil habitantes fueron Castilla y León (18 personas), Aragón (13,2) y Principado de Asturias (12,9).
Por su parte, las tasas más bajas se dieron en las ciudades autónomas de Melilla y Ceuta (2,5 y 3,3 respectivamente) y Andalucía (3,8).
Problemas de accesibilidad
De las 357.894 personas con discapacidad que residían en centros el 8,2 por ciento decidía qué y cuándo comer y el 19,7 por ciento cuando asearse. La mayor autonomía la encontraban para decidir cómo y con quién pasar el tiempo libre (59,1%) y cómo decorar su habitación con cosas personales (51,4%).
Un 52,8 por ciento de las personas con discapacidad manifestó encontrar algún tipo de problema de accesibilidad, bien dentro (en el baño un 20,7% y zonas comunes el 19%) o fuera del centro (el 27,9% dificultades para entrar o salir del centro y un 47,9 por ciento problemas de accesibilidad en medios de transporte, edificios o vías públicas).
Esos problemas fueron más acusados en mujeres que en hombres. Por edad, las dificultades fueron mayores en las personas de 80 y más años (un 53,9% las tuvo).
Contacto con familiares y amigos
Recibían visitas o mantenía reuniones con familiares o amigos al menos una vez por semana el 67,6 por ciento de las personas con discapacidad que residían en centros y la mitad, por teléfono, redes sociales o correo, al menos una vez por semana.
Por su parte, el 3,7 por ciento no se reunía con familiares y el 33,9 por ciento no utilizaba medios de comunicación.
Siete de cada diez personas con discapacidad consideraban adecuado el contacto con familiares, amigos o conocidos, el 19 por ciento insuficiente y el 1,7 por ciento no tenía contacto.
La mayoría de las personas (el 94,4%) nunca se sintieron discriminadas por su discapacidad. Son las personas con problemas de interacción las que más la sintieron (un 7,7%), mientras que las personas con discapacidad de audición, las que menos (4%).