El Auditorio del Revellín acogerá el próximo viernes 12 de abril a las 19.30 horas la representación de 'Blancanieves. El Musical', un espectáculo “genial e inspirador” que reinventa este cuento de hadas para motivar a grandes y pequeños en valores “como la autoestima, la inclusión, la solidaridad, el pluralismo, la cooperación y, sobre todo, el amor”. Las entradas saldrán a la venta el 4 de marzo.
El evento está adaptado a la Lengua de Signos Española “para que todas las personas puedan disfrutar de la misma forma” de este “increíble viaje al lejano Reino de la Perfección donde las personas consideradas diferentes o feas son expulsadas del país y en el que solo Blancanieves podrá cambiar esta situación enfrentándose a la malvada reina”.
Se trata de “una historia para todas las edades protagonizadas por grandes profesionales con y sin discapacidad dispuestos a romper con los cánones de belleza impuestos por la sociedad” y de “una fascinante aventura que rompe con los estereotipos y mentiras que nos hacen soñar con princesas perfectas cuando lo que realmente nos hace interesantes a las personas son nuestras imperfecciones y diferencias”.
Cuentos clásicos para educar en problemas actuales
La productora Candileja, responsable del montaje, apuesta desde hace años por un tipo de teatro musical familiar innovador “que parte de los cuentos clásicos para contar nuevas historias con problemáticas actuales y valores necesarios hoy en día como el reciclaje, la inclusión o la educación emocional”.
Su visión de ese formato como “un valioso vehículo de valores” y sus nuevas dramaturgias “con contenidos educativos para pequeños y mayores” se ha consolidado como la base de esta creativa empresa madrileña que a través de sus proyectos fomenta la sociabilidad, la tolerancia, la empatía y el trabajo en equipo.
Con este espectáculo inclusivo en concreto persigue demostrar al público en general y a los más jóvenes en especial que “el concepto de discapacidad es muy relativo ya que todos somos muy capaces para unas cosas y discapaces para muchísimas otras”.
En mi época éramos tan ignorantes y simples que los cuentos eran llanamente cuentos; pura fantasía para entretenernos (o para dormirnos), Nada de eso de motivarnos en valores como la autoestima, la inclusión, la solidaridad, el pluralismo, la cooperación y el amor. No llego a comprender cómo hemos podido tener una niñez feliz. Ahora (con todas estas motivaciones) me doy cuenta que fuimos unos inconscientes desconocedores de lo que el contenido de un cuento podía aportarnos para un desarrollo mental sano. ¡Que pena!