Hace un año, justo hoy 26 de julio, la valla de Ceuta que serpentea a lo largo de 8 kilómetros el perímetro con Marruecos registró uno de los episodios migratorios imposibles de olvidar. Más de 600 personas lograron cruzar a Ceuta reventando la valla. Pillaron por sorpresa a una Guardia Civil que no esperaba esta situación. Hubo varios agentes heridos después de que se les hubiera arrojado cal viva, bolas de heces o piedras.
También hubo decenas de subsaharianos heridos tras un enfrentamiento que los propios agentes, reconocieron, no esperaban. No era un salto más. Era diferente. Ese día todo se replanteó. Mientras en Ceuta trataban de reaccionar, en Madrid saltaban las alertas. El moderado, el progresista Fernando Grande-Marlaska se veía contra las cuerdas. Tenía una auténtica patata caliente entre manos y debía reaccionar de la mano de Marruecos.
La Guardia Civil también asimilaba lo sucedido. La noticia no era que se les habían colado 600, sino qué había sucedido cuando los GRS se habían visto superados terminando muchos de ellos en el HUCE. Los Servicios de Información y Policía Judicial fueron encomendados a la investigación de unos hechos que dieron pie a la Operación Yebala, como el monte marroquí.
Un mes después diez subsaharianos fueron arrestados, uno quedó libre, los nueve restantes investigados y formalmente acusados por el Ministerio Fiscal que pide 8 años de prisión. No hay vista señalada todavía pero sí se sabe que de los 9 acusados solo ocho siguen en el CETI. Uno de los presuntos líderes se fugó a Alemania. Hay orden de busca y captura y se cursó oficio a la Interpol, pero nada se sabe de su paradero.
Nueve acusados, uno fugado, penas solicitadas por daños, atentado, lesiones... la lectura de un suceso que hizo variar a Interior todas sus políticas migratorias.
De Marlaska se conoció que es capaz de liderar medidas más duras que las del PP. No aguantó un ‘segundo salto’. A la siguiente entrada masiva copia de ese 26J, Marlaska replicó ordenando la entrega de los subsaharianos a Marruecos. Una noticia histórica que fue adelantada por este medio y que marcó un antes y un después.
Hoy 26 de julio la Guardia Civil sigue patrullando la valla pero lo hace bajo el convencimiento de un Marruecos entregado a complacer las peticiones del Gobierno de Sánchez hasta el punto de ‘barrer’ el perímetro sin dejar rastro de asentamientos ni campamentos.
De aquel 26J queda solo una calificación fiscal, una petición de cárcel y una evidencia de que las trincheras de Ceuta fueron escenario de una de las mayores presiones migratorias a las que se enfrentó el Instituto Armado.
El Faro testigo de los hechos
Las imágenes grabadas por FAROTV dieron la vuelta al mundo. El 26J dio muchas imágenes de guardias heridos, detenciones, devoluciones en caliente. Todo pasó por el visor de la televisión de El Faro, presente también en la operación de detención de los subsaharianos en el CETI. Fueron imágenes para la historia, vídeos de una jornada que hizo historia y que volvió a poner el foco en Ceuta y su valla.
Cuando se celebre el juicio , allá por el 2025 , la culpa será de los guardias por impedirles la entrada.
Y ahora utilizan la entrada por mar , previa llamada telefónica a salvamento marítimo para que los recojan nada más salir de las aguas territoriales marroquíes. Se creerán los políticos que somos tontos. Sr Marlaska, no nos engaña. Intentó quedar bien ante la ciudadanía debido a la presión y a los mensajes que le enviaron los españoles.
Ya no permite la entrada por delante , pero lo hacen por la puerta trasera.