Cuando se intenta conocer el origen y la historia del carnaval ceutí, nos tenemos que retrotraer a los últimos años del siglo XIX, a 1886, que es cuando tras consultar diferentes hemerotecas he podido encontrar algún dato sobre estas fiestas. De todas formas es fácil suponer que muchos años antes, en los salones de la burguesía de nuestra ciudad, así como en la casa palacio del Gobernador, se celebraban bailes de mascaras entre te y pastas, amenizado por la orquesta militar del momento.
Como buen testimonio histórico de que el carnaval ceutí tuvo un gran auge en siglos pasados fue la publicación de unas bases para regir el concurso de 1892. El alcalde Ricardo Cerni tras reunirse con la comisión de fiestas del Ayuntamiento hizo público una nota oficial:
“Deseando el cuerpo capitular que presido que durante dicho carnaval se patente una vez más, por este vecindario, el alto sentimiento de cultura que le distingue y que en todas las fiestas públicas ha sabido siempre demostrar; he acordado como estimulo y afín de que no decaiga el justificado concepto que merece por tan preciada como honrosa cualidad establecer los premios siguientes. Se adjudicara un premio de 500 pesetas para aquella comparsa compuesta de seis o más personas que durante los tres primeros días de carnaval próximos, se distinga llamando más la atención general por el lujo o ingenio que despliegue en sus disfraces y coplas. Así mismo se adjudicara otro premio de 150 pesetas, a la máscara sola o comparsa compuesta de menos de seis personas que reúna iguales condiciones que la anterior señalada. También se adjudicara otro premio que lo constituirá un precioso objeto de arte propio para obsequiarse a la señora que se presente en los paseos públicos o en los bailes de sociedad con el mejor o más ingenioso disfraz”.
También anuncia la corporación municipal que se formara un jurado censor compuesto por dos concejales, representantes de las asociaciones organizadoras de los distintos bailes y cuatro vecinos que reúnan conocimientos artísticos adecuados. Los premios se entregaran el ultimo día de carnaval y el jurado tendrá un lugar fijo, y, para tal efecto, se construyó una tribuna en el Paseo del Rebellin, en la fachada del teatro Variedades, donde también se daban bailes, este se construyo en 1888 y era un local amplio con sala de butacas, platea, bar y un foso para los músicos. El jurado anunció que estará en esta tribuna los tres días que dura el carnaval entre las 14,00 y 16,30 horas, así como en los distintos bailes de mascaras.
El buen orden y la moralidad estaban siempre en primera línea y los gobernantes de aquella Ceuta de últimos del siglo XIX, no estaban dispuesto a que algunos se pasaran con sus coplillas y disfraces. Por este motivo el comandante general y ceutí Miguel Correa y García, publicó un bando que se reproducen en los diarios de la época recomendando a sus paisanos moderación en las coplas y sobre todo no utilizar en ellas temas militares, eclesiásticos y de personalidades. El alcalde, siguiendo la estela censora del comandante general no se queda atrás y publica otro bando:
“Queremos la corporación municipal advertir al sensato vecindario de esta ilustre población que si bien la fiesta referida representa momentos para el mismo de justa expansión y verdadero solaz, también es cierto que debe presidir en estas diversiones el orden, la compostura y la discreción que imprime siempre en sus demostraciones de júbilo, todo pueblo culto. Por lo tanto, esta alcaldía recomienda encarecidamente a todo el vecindario que cuide y se abstenga de producir desperfectos algunos en jardines y en los paseos públicos, pues de lo contrario, se verá precisa a imponer sin contemplación de ninguna especie el más enérgico correctivo a los contraventores de esta disposición”.
Algunas asociaciones quieren colaborar con el Ayuntamiento y recaudan dinero para los premios, así los Casinos Africano y Círculo de Ceuta, aportan cada uno 50 pesetas. Los diferentes diarios locales siguen resaltando la gran animación que existe en la ciudad para los próximos días de carnaval. El semanario “El Sinapismo” del día 26 de febrero de 1892 escribe que un gran número de grupos se están inscribiendo en el concurso y las distintas sociedades culturales y recreativas están ultimando sus bailes. En el periódico se pueden leer anuncios del “Circulo de Ceuta”, “Casino Africano” o la Sociedad “La Unión”, este último, como dato curioso organiza un baile con el nombre “baile anti-cristiano”, todos ellos se realizaran en el Teatro Variedades.
Los orígenes
ero todo esto no es nuevo, la historia del carnaval se pierde en el tiempo. Sus antecesoras más remotas fueron las fiestas conocidas en la antigüedad como “bacanales” en honor a Baco, dios pagano del vino y las “saturnales” por Saturno, dios de la siembra y la cosecha, además de los festejos que se hacían en Grecia y Roma por la primavera y el año nuevo. La palabra Carnaval también proviene de aquella época. Durante las bacanales, a Baco se le cantaba el Ditirambo; el coro que lo hacía iba disfrazado de sátiro y frente a él aparecía el sacerdote del dios conduciendo un barco sobre ruedas al que llamaban “carrus navalis” (carro marino o naval), y que los romanos pronunciaban “car navalis” Mientras que carnestolendas, como también llamamos al carnaval en Ceuta, proviene de “caro”, “carnes”, y “tollo”, tapar términos que parecían aludir al disfraz. La devoción del hombre por usar mascaras puede encontrarse ya en el antiguo Egipto o en Grecia, e incluso en el teatro japonés.
En 1916 los Bailes de Carnaval en el Teatro del Rey
En 1915, se inauguró el Teatro del Rey, recordemos que tras la proclamación de la II República se le cambio el nombre por Teatro Cervantes. Los bailes del carnaval de 1916 ya se celebraron en este céntrico teatro y en cierta medida la fiesta recobra un nuevo impulso. Tras inaugurarse el teatro del Rey, abrió sus puertas en agosto de 1916, el teatro Salón Apolo, aunque el del Rey seguía siendo el lugar elegido por sus condiciones para los bailes de carnaval. Donde destacaba el tan esperado “Baile de la prensa”.
El Apolo, tenía una capacidad para unas 500 personas distribuidas entre el patio de butacas y los seis palcos de platea. Tras el foso de la orquesta se abría un escenario de reducidas dimensiones. Los accesos se repartían entre las calles de González de la Vega y de Camoens. Tres escaleras comunicaban con el nivel superior, en él se situaba la grada de “general”-con unas 700 plazas- donde desembocaban seis vomitorios dispuestos según la simetría axial del conjunto.
El concejal Martínez Durá para promocionar esta fiesta propuso al pleno municipal otorgar un premio a las mejores máscaras y grupos. Llegando al acuerdo de 100 pesetas, otro de 50, y un tercer premio de 25 pesetas al disfraz más original.
El diario La Opinión el 28 de febrero, en relación a estos premios escribiría: “Una idea, ya que creemos que sería de gran utilidad a los señores que han de formar el jurado para otorgar los premios de carnaval, el nombrar como complemento del jurado a los simpáticos modistos Enrique Gabarrón y Adolfo Torres cuyo gusto y arte refinado son bien conocidos de atrás, sería una buena adquisición para el jurado y una nueva garantía para los concursantes”.
Los bailes públicos se celebraron en el Salón Regina y Varieté en la zona de la Berria (calles Sevilla, Canalejas, Recinto…) donde existen muchos cabaret y los bailes organizados por las distintas sociedades culturales y recreativas de la ciudad en Cine Luz, Sociedad recreativa La Peña, Café Royal y Teatro del Rey.
El alcalde Restituto Palacios, debido a la gran animación que existen durante los tres días de carnaval y para que los carruajes con máscaras lleven un orden, hace público un bando marcando el itinerario que llevaran estas carretas… “Durante los tres días de carnaval y Domingo de Piñata desde las dos de la tarde solo se permitirá el tránsito de carruajes por las calles y direcciones siguiente: Gómez Pulido, Camoens, Plaza Alfonso XII, Soberanía Nacional, Plaza de Torrijos y Don Juan I de Portugal y regreso por López Pinto, González Besada y Plaza de Prim”.
La imprenta Ramos publicó en la prensa que habían recibido un gran surtido de articulos para los bailes de máscaras de última novedad y también se anuncia en este mismo número del diario El Heraldo de Ceuta que el modisto Enrique Gabarrón alquila trajes para los bailes así como disfraces y adornos. El establecimiento de Isabel Guerrero también anuncia que ha recibido una gran variedad de disfraces y extenso surtido en antifaces, confetis, serpentinas y caretas relativas a personajes celebres, en la calle José Luís de Torres.
En los carnavales de 1919 la agrupación de Teatro La Farándula, organizó un gran baile de carnaval el 27 de febrero, en el diario El Heraldo se pudo leer: “En su deseo de que el acto resulte con mayor brillantez posible ruega a los señores socios que a ser posible unifiquen sus disfraces de cuantas parejas quieran concursar, vistiendo las damas de Pierrette o Colombina y los hombres de Pierrot y que los colores serán negro amarillo por ser los colores simples y no sujetos por lo tanto a cambios en su coloración”. La sede de esta sociedad estaba ubicada en la calle Velarde, 21 y los bailes se celebraron en el recién estrenado Teatro del Rey.
Coplas en la historia
CAFÉ BAR KIN
Dos amigos me encontré
hablando en el Rebellín
comentando queFermín
ha instalado un gran café
Yo les dije, exagerados
en un pueblo tan pequeño
sus quedáis cuasi pasmaos
aunque “semos" africanos
Pásmate del notición
llega a Ceuta un mojigato
más que venga del tonkín
le da por sentarse un rato
a tomar café en el bar-kin.
(Carnaval de Ceuta de 1924)
ferrocarril
ceuta-tetuán
Un ferrocarril tenemos
que a Tetuán nos conduce
y a cada instante produce
algo que nos lamentemos
Bien podemos presumir
del Sleepy que gozamos
donde al viajar dejamos
en este mundo existir
Ya he perdido la noción
de las veces que ese tren
descarrilo en mala líen
en miramar o en rincón
Que giren una inspección
y si el material es malo
que hagan con el un regalo
a una buena fundición.
(Carnavales de
Ceuta en 1924)