Van ustedes en un avión para realizar la fase práctica de una oposición de auxiliar de vuelo. El presidente del Tribunal, el comandante, se dirige a los opositores muy amablemente con las siguientes palabras: Buenos días, les doy la bienvenida en nombre de la tripulación que actuarán como vocales. Perico de los Palotes, de profesión torero; Mengano Rodríguez, de la Policía Nacional; Jacinta Sampancracia, técnica en jardinería; Socorro Dieguez, bombera, funcionaria del ayuntamiento; Urbano de Torres, conductor de autobuses; Antonio Rastrillo y Jesúsa Amén, copilotas de la compañía
Lo mismo, queridos lectores, pensarán que es una broma de mal gusto. Supónganse que, para colmo, le proyectan la película de Bayona “ La sociedad de las nieves” para eso de ponerlos nerviosos.
No se extrañen de la zapitiesta, no griten despavoridos pidiendo auxilio. El presidente anuncia que la prueba comenzará en 10 minutos. Manténganse en sus asientos y abróchense los cinturones.
Y ustedes dirán ¡Qué tribunal más extraño! ¿Cómo valorarán nuestros conocimientos? ¿Qué criterios seguirán si no conocen ni como aterriza la nave ni como se despliegan los alerones?
¿Cómo se les queda el cuerpo?
Los opositores hacen la prueba resolviendo el siguiente supuesto:
“Una anciana centenaria de movilidad reducida se orina debido a las turbulencias y pide que se le cambien los pañales. Casualmente la señora es conocida por algunos opositores y no dudan en la ejecución de la práctica. Otros no la conocen de nada.
Salen los resultados. También, casualmente, la mayoría conocían a doña Jacinta Sansulpicio, la señora que se hizo el pipí; solo es casualidad, no sean malpensados. Fin de la broma.
No he relatado la película Almodovariana “Los amantes pasajeros” sino la manera de proceder en algunas oposiciones de nuestro centenario Ayuntamiento.
Yo tampoco me lo creía, pues he formado parte de tribunales en los que todos los vocales éramos de la especialidad y con muchas horas de vuelo. No me imagino un tribunal para profesores de filosofía compuesto por liberados sindicales de varios sectores que no sepan quién es Platón o Aristóteles.
Entiendo que un liberado sindical debería estar exento de pertenecer a un tribunal por aquello de que en su sindicato hayan afiliados aspirantes. Ser juez y parte huele a chamusquina; conocer a a doña Jacinta es sospechoso y que miccione en las alturas como habitualmente lo hace y algunos opositores lo sepan pone una mosca detrás de la oreja. Ese refrán: “ la mujer del César además de honrada tiene que parecerlo” aquí está alejado de esta oposición.
Todo es legal, todo está recogido en las normas del BOCCE y nadie se sofoca por el realismo mágico ni va al psiquiatra porque no entiende un carajo de qué va esto.
Lo mismo el consistorio es como una república bananera que actúa con un guión de los hermanos Marx.
Si viniera a Ceuta un marciano tendría que desternillarse de la risa. Lo triste es que, tantas veces pasa, que lo vemos como lo más normal del mundo mundial. Así que ya saben, si se cagan en el aeronave acudan al municipal, supondremos que será catedrático en cambio de pañales.
Yo, de momento, he llamado a Iker Jiménez para que investigue este fenómeno paranormal. Un alumno comentó que un examen de latín le había salido un texto sobre “La Guerra de las Galaxias”. Lo mismo, si se lo corrige un liberado de AMGEVICESA lo da por bueno. Virgen de África, dame paciencia porque como me des fuerza los mato.