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Las redes de deriva de 13 kilómetros de extensión diezman la población de cetáceos.
Marruecos está diezmando las poblaciones de cetáceos y especies de tortugas con el mantenimiento de la flota de cerco de unos 200 barcos en el entorno de Ceuta, el Estrecho y el Mar de Alborán.
La situación la enmarcó el responsable de Pesca de la asociación ecologista WWF/Adena, Raúl García. Entré 4.000 y 5.000 delfines caen en el arte no selectivo de la flota marroquí al año. El cerco provoca una “mortalidad altísima” de ballenas, delfín común, mular y listado; de especies protegidas como la tortuga boba y asfixian a unos 100.000 tiburones al año, algunos de ellos pertenecientes a especies con problemas de conservación. “Hacen un gran daño porque el Estrecho de Gibraltar y Alborán son zonas de migraciones importantes de norte a sur”.
Lugares como Tánger, Alhucemas, Nador y Asila mantienen una importante flota dedicada al cerco. “Los 200 barcos pesqueros es un recuento que hizo el propio país. En esa zona costera casi todos los pueblos tienen alguna embarcación”.
García califica de “ilegal” la flota de arrastre que incumple el límite establecido por la Organización de Naciones Unidas (ONU) para la pesca de deriva. La extensión marcada se encuentra en los dos kilómetros y medio mientra que en Marruecos “todas las redes de estos barcos llegan hasta los 13 ó 14 kilómetros”. En 2003 se dio un plazo de cuatro años al país magrebí para solventar la situación, pero Marruecos ha conseguido prórroga tras prórroga en las reuniones internacionales. “Incluso la Unión Europea destinó seis millones de euros para que Marruecos pudiera hacer la reconversión pero hasta ahora no ha servido de nada”, comentó el responsable de Pesca de WWF/Adena.
Vista la actitud del país, el objetivo se plantea en los países compradores. Gran parte del pez espada, uno de los objetivos de la pesca de redes de deriva, es consumido en España e Italia. En ese sentido la Unión Europea prepara un reglamento para la pesca ilegal, irregular y no controlada (regulación IUU) que no permitiría la salida comercial en los países de la UE para estas capturas: “Estamos muy satisfechos con el nuevo reglamento que es muy completo. Si Marruecos es un lugar realmente aparte al menos queremos que los Estados miembros lo regulen aquí”.
La Comisión Ballenera de Agadir, un “fracaso”
La Comisión Ballenera Internacional (CBI) reunida hasta el pasado viernes en Agadir ha resultado ser un “fracaso”, según la valoración realizada desde WWF/Adena. La propuesta lanzada por la CBI para reducir las capturas de países como Japón o Noruega no era apoyada por WWF, pero la organización pedía a la CBI que encontrara una solución que, por lo menos, paralizara la caza en el océano Antártico y terminara con la caza de especies amenazadas. La asociación ecologista informó igualmente de que en el Mediterráneo ya no se produce caza específica de ballenas. Lo que sí es común es que “animales atrapados en las redes de cerco aparezcan mutilados” para ser aprovechados comercialmente, indicó el responsable de Pesca, Raúl García.