No es que le tenga manía, en absoluto, pero el Ministro de Educación está batiendo records en cuanto a portadas en los medios de comunicación, y todo en menos de tres meses. Desde el primer momento, el Ministro no ha pasado desapercibido gracias a declaraciones tan controvertidas como que “la educación pública ha dejado de contribuir a la sociedad”. Una opinión con la que Wert parece haberse olvidado de que la educación pública es el motor de igualdad de oportunidades y desarrollo en nuestro país, y que quienes están dejando de contribuir a la sociedad son, precisamente, el Partido Popular y sus políticas de recortes.
No haría mal el señor Wert si se dedicara exclusivamente a su labor como Ministro y dejara de buscar continuamente la polémica para lograr titulares. Estaría bien recordarle al Ministro que su faceta como tertuliano acabó hace tiempo y que lo único que consigue con sus declaraciones es demostrar su desconocimiento sobre la realidad social y educativa de nuestro país.
Me sorprendió en su momento que Wert calificara las protestas de los estudiantes valencianos de violentas e ilegales, ya que lo verdaderamente “ilegal” son las pésimas condiciones en las que la Generalitat ha dejado a la educación pública valenciana. Otra de las imprudencias dialécticas de Wert le ha llevado a afirmar que la fuga de cerebros se debe a “extranjeros nacionalizados en nuestro país”, otra mentira más con la que el Ministro ha querido engañar a todos ya que, desgraciadamente, son muchos los jóvenes que se han visto obligados a buscar oportunidades fuera de España.
Las mujeres también han sido objeto de las declaraciones de Wert en las que ha llegado a afirmar que la incorporación de la mujer al trabajo incide negativamente en la familia, demostrando el pensamiento machista que predomina en la ideología conservadora del Partido Popular y que no es digna de un Ministro de Educación.
Como ciudadano, sólo le pediría al Ministro que empezara a trabajar por la educación, la cultura y el deporte de nuestro país, ya que de momento no ha hecho nada productivo por su Ministerio, y si considera que no es capaz de ello que renuncie a su cargo y deje ya de tomarnos el pelo.