La gran mayoría de los usuarios de las asociaciones ceutíes que atienden a personas de colectivos vulnerables, concretamente el 71,40 por ciento, no sale o lo hace muy poco en proporción a como lo hacía antes de la
pandemia, seguido del 21,4 por ciento que lo hace a menudo y el 7,2 por ciento a diario.
Estos datos hacen referencia a un estudio elaborado por el
Colegio Oficial de Psicología de Ceuta desde el 30 de abril al 17 de mayo (tras una semana de la Fase 1 de desescalada) con el objeto de dibujar el panorama “muy adverso a corto y medio plazo” al que se enfrentan los colectivos más vulnerables de Ceuta.
De esta manera, el secretario del Colegio Oficial de Psicología de nuestra ciudad, Antonio Cabrera, explicó que el objetivo de este estudio es advertir de la “aparición de
sintomatología psicopatológica”, que puede dilatarse en el tiempo, “ante el fuerte impacto emocional causado por este tipo de situaciones”.
Tras el confinamiento, necesitan adaptarse a las nuevas rutinas y recuperar su ocio
Así, Antonio Cabrera resaltó la conveniencia de proporcionar atención psicológica temprana para minimizar los efectos adversos de la pandemia, “prevenir posibles agravamientos o futuros trastornos” y mejorar la salud mental de las personas afectadas o necesitadas. Estos hechos “cobran más relevancia, si cabe, en el contexto de los colectivos más vulnerables, formados por personas con discapacidad y trastornos físicos o mentales”.
Para analizar la calidad y cantidad de información recibida sobre el COVID-19 por estos colectivos, identificar qué servicios sociales les resultaron indispensables durante las fases de la desescalada, a qué dificultades y miedos han tenido que enfrentarse y “qué apoyos profesionales habrán de recibir con mayor urgencia”, se han encuestado a 14 profesionales de 8 asociaciones relacionadas con personas con síndrome de down, hiperactividad, discapacidad física, trastorno del espectro autista, discapacidad intelectual, personas ciego-sordas o demencias.
Información sobre el COVID-19
Del estudio, se desprende que la información sobre el COVID-19 en general ha sido escasa e inadecuada durante la pandemia para los usuarios; sus adaptaciones se han visto limitadas a cargo de los profesionales. Para la mayoría de los encuestados, la principal fuente de información que reciben sus usuarios parte de los profesionales de las asociaciones (57,20%), seguido de lejos por las familias (21,40%) y fuentes oficiales (7,10%), aunque un 14,20% afirma que procede de todas estas fuentes en mayor o menor medida.
Por otra parte, las salidas a la calle durante el confinamiento han sido habitualmente pocas, “exceptuando casos muy concretos de extrema necesidad”, priorizándose la adecuación del horario partido. Así, para la mayoría de los encuestados, la franja horaria más adecuada para los usuarios atendidos en sus respectivas asociaciones son los de tarde (57,30%), seguido de lejos por horarios normalizados (21,40%), es decir, los mismos que tenía el resto de la población. Sin embargo, un 14,20 por ciento opina que deberían haber salido cuando lo necesitasen.
Ahora se espera una demanda “moderada” de atención psicológica de familiares o cuidadores
Asimismo, continuó Cabrera, tras el confinamiento priman los servicios directamente relacionados con las necesidades básicas de los usuarios, como el mantenimiento de la salud corporal y psicológica, las rutinas, que “para estas personas son esenciales porque muchas veces es su única forma de ocio”; o terapias relacionadas con el lenguaje, por encima de la prevención del contagio, las habilidades o el ocio.
De esta manera, las necesidades de estas personas durante la desescalada y ahora en la nueva normalidad son, además de la prevención, la adaptación a las nuevas rutinas y el apoyo psicológico y sociofamiliar. Por lo que, en este sentido, el secretario del Colegio Oficial de Psicología aseguró que en estos meses se espera una demanda “moderada” en cuanto a atención psicológica, sobre todo por parte de los familiares o cuidadores.
Impacto del COVID-19 en los sanitarios
Por otra parte, el Colegio Oficial de la Psicología de Ceuta está trabajando ahora en un estudio para evaluar el impacto psicológico que ha producido en el personal sanitario de nuestra ciudad el estado de alarma provocada por el COVID-19 desde el pasado mes de marzo. Para ello, han confeccionado un cuestionario que recaba datos sobre el estado psicológico, las actitudes y comportamientos llevados a cabo por estos profesionales durante las distintas fases del confinamiento.
Los objetivos de este nuevo estudio son poder establecer mecanismos de ayuda psicológica para los sanitarios que lo necesiten, así como diseñar qué servicios psicológicos podrían ser necesarios activar si se produjese un rebrote en el futuro tanto de COVID-19 o ante cualquier otra incidencia de similar magnitud en nuestra ciudad.
“Aún estamos analizando todos los datos que hemos recibido de las encuestas que hemos realizado a los profesionales que estuvieron en primera línea de batalla. Lo que nos interesa es recabar información sobre su situación actual y su opinión personal”, concluyó Antonio Cabrera en esta entrevista.