Finalizado el puente de agosto la frontera del Tarajal recupera a su status quo. Los porteadores se acumulan en la playa por la mañana y largas esperas para cruzar por la tarde.
La tranquilidad del puente de agosto en la frontera finalizó ayer. Porteadores y vehículos volvieron a protagonizar una nueva jornada de atascos y aglomeraciones habituales ya en el puesto fronterizo. Una vez cerrado el puente del Biutz, los porteadores encaminan sus pasos desde los polígonos hasta la playa del Tarajal para esperar allí su oportunidad de cruzar al país vecino. Por la tarde el escenario pasa a estar dominado por los vehículos cuyas colas se registraron en la tarde-noche hasta la playa de la Almadraba. Horas y horas de espera para desesperación de locales y foráneos.
Los atascos también se registraron en la rotonda que da acceso a Loma Colmenar y al Hospital Universitario, como también en la vía de acceso a la barriada del Príncipe. Un colapso que se fue extendiendo a lo largo y ancho de la frontera y sus inmediaciones.
Ya por la mañana se produjeron las primeras aglomeraciones de porteadores en la playa del Tarajal y en la acera que conduce hasta el puesto fronterizo. Allí está permitido el paso de porteadores hasta las 16.00 horas, tal y como estableció la Delegación del Gobierno. El parón del puente de agosto hasta el lunes cargó las pilas de los porteadores para pasar sus mercancías al otro lado de la frontera. No importan las altas temperaturas y el sol de justicia que ayer caía en la playa del Tarajal. Los porteadores allí se iban apostando hasta que fuera su turno para acudir a la frontera.
Es la situación habitual de nuestro paso fronterizo y ayer incluso algunos afirmaban que el tránsito en el Tarajal era medianamente ágil debido a la próxima presencia del rey alauita Mohamed VI, quien, según afirman, está pasando sus vacaciones cerca. Es por ello, que, según explicaron ayer a El Faro, el paso fronterizo está mejor, más regulado y ordenado incluso. Gracias a la cercanía del monarca marroquí, los porteadores pudieron hacer su habitual trayecto a un lado y otro de la frontera sin que se produjeran las no muy lejanas avalanchas. Es su medio de vida y para muchos de los que viven de este ‘negocio’.
Hasta las 16.00 horas los porteadores pudieron pasar sus mercancías, mientras que el atasco y la aglomeración se pasó al tráfico rodado horas más tarde. Las colas comenzaron a llegar hasta la zona de Juan XXIII, pero alcanzaron su punto álgido cuando llegaron hasta la playa de la Almadraba. Pero no solamente la carretera nacional se vio colapsada por vehículos de todo tipo, los atascos se registraron igualmente en el vial de acceso a Loma Colmenar y a la barriada del Príncipe. Dos vías no muy lejanas entre sí geográficamente, pero que ayer por la noche compartieron las desafortunadas colas.
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