Apenas se ha cumplido un año desde que fuera inaugurada y la plaza Carmen Cerdeira ya ha sufrido dos percances provocados por los menores que juegan al balón en la zona, pese a la prohibición de este juego en el área. Al menos cinco o seis de las losas que conforman el muro se han quebrado por los balonazos de los chavales que suelen pasar su tiempo libre sin que nadie impida esta práctica, ni padres, ni autoridades por medio de ningún tipo de sanción.
Segunda vez
Al parecer, desde que en noviembre de 2010 se abriera al público, se ha hecho caso omiso de esta prohibición, y hace ya un tiempo se quebraron parte de las losas, también por varios balonazos, lo que obligó a su reparación, prácticamente a los pocos meses de la inauguración de esta zona.
La historia ha vuelto a repetirse y otras tantas piedras aparecieron recientemente con grietas fruto de lo que para unos es un juego de niños, pero para otros casi podría catalogarse de acto vandálico.
Las piedras, de morisca oro y ancladas con grapas de acero inoxidable, hacen imposible que un balonazo pueda derribarlas, pero sí que alguna se quiebre totalmente, por lo que sea necesario cambiarlas íntegramente.
La empresa municipal Obimace ya ha vallado la zona para acometer la reparación de las piedras dañadas.