La agresión sufrida por tres enfermeras que estaban trabajando en el hospital reabre el debate sobre lo poco o nada que se ha avanzado para, sencillamente, respetar. A lo grave del hecho en sí se suma la también grave reacción social de quienes justifican actos de este tipo. Y no son 4, qué va, son muchos más los que consideran que algo mal habrán hecho estas profesionales para que les agredan. Así, sin más. Por muchas campañas de sensibilización, por mucho mensaje repetido y repetido para que los actos violentos no primen sobre el respeto, no solo sigue habiendo más violencia, sino que además se justifica.
Violencia contra enfermeras que solo estaban trabajando, pero violencia también en el fútbol, en partidos de adolescentes o incluso de niños, con padres que además desde la grada apoyan esos insultos o esos golpes. En qué nos estamos convirtiendo... cada vez estamos peor, más agresivos y enrarecidos, más insoportables.
Violencia física pero también verbal, esa que se repite constantemente en cada gesto, en cada reacción social; la que se extiende hasta normalizar una serie de comportamientos que no deberían nunca permitirse. Pero no solo lo hacemos sino que además le damos calor.
La costra social que ve normal esos actos se hace cada vez más evidente. Si brutal fue que golpearan de esa manera a tres profesionales sanitarias, brutal fue también el desprecio de la sociedad que no sabe diferenciar y que siempre busca explicaciones a todo, también a lo más absurdo. Y brutal fue la postura de la clase política que ni siquiera condenó lo sucedido, como si no fuera con ellos. De hecho no existió comunicado alguno hasta que la noticia salió publicada... Otro ejemplo más de normalización bastante vergonzosa.
Así nos toca vivir en un mundo cada vez más enrarecido, triste, receloso y aislado. Un mundo que nos convierte en seres incapaces de razonar, de debatir, de hablar para solucionar, de ser únicamente humanos... ¿No era eso lo que nos diferenciaba de los animales?
Si este es el ejemplo que estamos dando a las nuevas generaciones: violencia y falta de valores, prefiero no saber cómo será el mundo en el que nos va a tocar envejecer. Solo de pensarlo da miedo.
Echarri: Aún no he visto nada que Ud, haya escrito sobre la inusitada y violenta agresividad sufrida por los agentes de la Guardia Civil, por parte de los subsaharianos durante su asalto a Melilla, registrado hace unos días, en la que varios componentes de la Benemérita, resultaron con lesiones graves. Sin embargo, sobre estos mismos hechos ocurridos en 2014, bien que se apresuraba en su escrito "LAS VUELTAS DE INTERIOR" que conservo y que cualquiera puede consultar si lo busca en Google, tildar de incompetentes, al coronel de la Comandancia, al Ministerio de Interior, de proteger a sus guardias civiles y policías nacionales, (claro suyos no son, hasta que los necesite, y entonces bien que querrá que la defiendan) de calificar de vergonzoso como contemplaban el delegado del Gobierno y dicho coronel, los " cuatro palos" que habían empleado esos elementos africanos para acceder a la ciudad y también como un guardia civil agarraba un extintor, sin especificar el uso que hacía del mismo, de manera que cualquiera, podría dar largas a su imaginación sobre su empleo contra los asaltantes. Ahora no dice Ud nada de los "cuatro palos" que emplearon esos elementos recientemente y se calla como una muda. Dejan mucho que desear sus opiniones y sus escritos sobre algunos asuntos. Que tenga un buen día