Son jóvenes, pero tienen claro lo que quieren. Pertenecen a una generación, quizás olvidada por los políticos, que ve las cosas de otra forma, la denominada Generación Z. Algunos tienen la oportunidad, por primera vez, de dar su opinión a través de su voto en estas elecciones autonómicas. Pese a la despreocupación que muchos le achacan a estos jóvenes, coinciden en que a la hora de la verdad, hay que saber comprometerse e ir a votar. Ilusión y ganas, sobre todo, por querer formar parte de este episodio democrático.
Apenas acaban de cumplir la mayoría de edad, lo que les da el pleno derecho a decidir quiénes quieren que les gobierne. Para Nerea Escámez, es “necesario” ir a votar, sobre todo con el panorama político actual. “Han salido partidos que, a día de hoy, no son correctos y creo que si tengo el poder de votar, ejerzo mi derecho y así puedo cambiar las cosas de una manera u otra”, defiende esta joven estudiante que tiene muy claro sus ideales, pero que guarda con recelo a quién va a dirigir su voto este domingo.
Su compañera Lidia García irá a votar porque es su derecho y le ilusiona poder ser “un granito de arena”, así como una suma de un total. “Si podemos conseguir el cambio, por qué no”, defiende esta joven que cree en la utilidad de su voto y en la de todos los que se emitan en esta cita en la que se decidirán los designios de Ceuta y también de Europa.
Javier Moronta, de apenas 18 años, reconoce la suerte que tiene su generación de poder ir libremente a las urnas, de vivir en democracia, “que mi opinión tenga algún tipo de representación, que se valore aunque sea mínimamente”.
Son una generación nacida en democracia, en una democracia ya consolidada, que no ha vivido la incertidumbre ni la represión, y que ven normalizado el hecho de poder elegir a sus dirigentes. Se creen con el poder de cambiar las cosas y así lo van a intentar, a través de sus votos el próximo domingo. Además, lo tienen claro: si no vas a votar, luego no te quejes.
Samra Hajja ya tuvo la oportunidad de votar en las Elecciones Generales. Para ella, “en el voto está el cambio” y cree que es la única forma de protestar cuando no estamos de acuerdo con algo. “La solución es salir de la casa y luchar por cambiar”, promulga esta joven que tiene muy claro lo que quiere y lo que no, y que este domingo buscará elegir a quien sí quiere que la represente y a quien quiere ver alejado del poder.
Pese a la gran variedad de partidos que concurren en estos comicios, saben diferenciarlos y abogan por los que favorezcan la tolerancia y la libertad ante todo. Así lo cree la mayoría de ellos, que no se sienten representados por aquellas formaciones que fomentan mensajes contrarios a la convivencia y que promueven el odio. “Yo estoy a favor de la libertad, de la igualdad y de la tolerancia”, expresa como ejemplo Lidia.
Extrapolan esa libertad y progreso a nuestra ciudad. Son conocedores de la actualidad, de los conflictos entre partidos y de las peculiaridades propias de Ceuta. Quizás aún no todos tengan el voto decidido, pero sí tienen muy claro lo que no quieren y van a ocupar ese voto para evitarlo. Samra Hajja y Yasin Hammu hablan de esa rivalidad entre partidos “antagónicos”, situación que les empuja, más aún si cabe, a acabar con este conflicto en las urnas. “Es uno de los derechos que tenemos y para los pocos que tenemos, conviene ejercerlo”, matiza Yasin.
Sitúan como los problemas que más les preocupan la inseguridad, en el caso de Ceuta, así como el riesgo que está sufriendo la coexistencia de las cuatro culturas que componen la sociedad ceutí. A nivel general, la igualdad entre hombres y mujeres, así como las oportunidades laborales para los jóvenes se sitúan en los primeros puestos del ranking de inquietudes de esta generación. “El paro en la ciudad es muy importante y el abandono escolar”, recuerda Javier, mientras que Lidia se va a un plano más emocional sobre el fomento al odio que muchos coinciden que se ha repuntado tras la aparición de partidos que consideran de ultraderecha.
“Hay partidos políticos que lo fomentan y esta ciudad es multicultural de siempre. Me preocupa muchísimo que se creen rivalidades entre culturas” y se pierda esa “cohesión”, de la que Ceuta es ejemplo.
Pero no sólo le preocupan los temas locales, sino los problemas que afectan a todos los españoles y cuya lucha también abanderan estas nuevas generaciones que vienen pisando fuerte. Una generación inconformista que no está dispuesta a quedarse callada.
Le piden a los partidos que les tengan en cuenta, al igual que lo hacen con otros colectivos. Sólo quieren ser tratados en igualdad y también exigen que hagan de la política “algo mejor”, que les ayude a empatizar con el electorado y que se conviertan en formaciones dignas y merecedoras de la confianza que los votantes le dan.
“Que nos tomen más en cuenta, que haya más trabajo, becas, ayudas, porque nos ponemos en la situación de las familias sin recursos suficientes para financiar los estudios de sus hijos”, lamenta Yasin o Lidia, que asegura que los jóvenes como ella son, ahora mismo, un “colectivo vulnerable”, que no recibe el trato que creen necesitar. “Se nos excluye un poco”.
Es cierto que no todos son como ellos, también ha un sector dormido, que no quiere involucrarse en estos temas o que no se sienten identificados por los políticos de hoy en día. No obstante insisten que el voto es un derecho y recuerdan que hay muchas maneras de ejercerlo.
Tienen preocupaciones, como todos, y harán lo posible para solucionarlas con su voto, pero sobre todo, creen que lo que hace falta en nuestra ciudad, y en nuestro país, no es sólo elegir quién nos gobierne, es resolver nuestras diferencias, no con descalificaciones, sino a través del diálogo y la convivencia. “La solución para el progreso de nuestro país es conversar, aliarnos y poner sobre la mesa todo lo que los españoles queremos”, culmina Samra.
Esta generación alza su voz, piden ser escuchados y quizás tengan en su mano ese cambio.
Esta chica no se llama lidia se llama nedia garcia