Llevaban meses esperándolo. Lo estaban deseando más que el día de Reyes. Deslizarse por el tobogán, subir y bajar por el laberinto del parque, ser un pirata en una contienda a vida o muerte contra un vaquero o nunca ser cogidos jugando al pilla pilla, en fin, ser niños y niñas que juegan en los parques y zonas infantiles. Y este domingo por fin pudieron hacerlo. El derecho de jugar en los parques que les fue arrebatado por la pandemia para evitar que el virus se expandiese también ahí.
Toda la espera de meses con los parques cerrados para que finalmente los ceutíes más pequeños, y sobre todo sus padres, tuvieran que estar más pendientes de no caerse por el mal estado de las instalaciones y de apartar la basura acumulada durante meses de las zonas de juegos. En vez de estar disfrutando de las risas que parecía nunca iban a volver a los columpios y de jugar con los amigos, los vecinos de Ceuta que se han acercado al parque de detrás del edificio Florencia, en la calle Pepe Remigio, en el Centro de Ceuta, se han quedado con una amarga sensación.
Es lo que denuncia una lectora que ha hecho llegar a El Faro de Ceuta las imágenes del mal estado de las escaleras para subir a uno de los toboganes del citado parque. Resquebrajadas por el paso del tiempo, las fotografías muestran como parecen estar apunto de romperse en cualquier momento y partirse finalmente por la mitad al paso de algún pequeño que juega inocente.
Las imágenes se completan con la basura que llena el parque. Desde hojas secas y ramas caídas del otoño y sin recoger desde entonces, hasta envoltorios y plásticos de todo tipo con los que los niños no deberían jugar.
El mal estado de la goma que recubre el suelo también llama la atención. Este recubrimiento pensado para amortiguar los golpes de niños y niñas al caerse parece que va a causar justamente lo contrario: tropiezos. Muchas partes levantadas suponen un peligro para el correcto desplazamiento.