Visto para sentencia ha quedado el juicio contra F.C., acusado de un delito de robo con fuerza en casa habitada cuando el 25 de mayo del pasado año se encontraba trabajando en una obra en los bajos de un edificio de Plaza de Africa. Tras escuchar una explosión decidió utilizar una escalera para acceder a una vivienda de la 1ª planta a través de una ventana del patio interior y localizar el origen del ‘chispazo’. Fue el argumento esgrimido por el acusado en su defensa, quien relató que se introdujo en la casa, la cual creyó que estaba abandonada, a través del cuarto de baño, para, seguidamente, dirigirse hacia el salón, momento en que saltó la alarma y abandonó la vivienda.
La denunciante reclama un antiguo frutero de cobre que pertenecía a su familia
La propietaria del inmueble testificó sobre la situación de la vivienda, en la que actualmente no vive debido a las obras que se acometen en el edificio, y señaló que le había sido sustraído un antiguo frutero de cobre heredado de su familia cuyo valor sentimental superaba al económico, el cual se cifró en unos 200 euros, según la perito que también fue citada como testigo.
Mientras los testimonios de los agentes de la Policía Local que intervinieron en los hechos aclararon que en el momento de la detención el acusado no portaba ningún objeto, los compañeros que ese día trabajaban en la obra aludieron a que no fueron conscientes de que F.C. había subido a la vivienda hasta el momento en que bajó y les comunicó que había saltado una alarma. Ambos añadieron que en ese momento se encontraban realizando otras tareas de la obra, aunque en la descripción de estos hechos no coincidieron al 100% en sus testimonios, lo que fue empleado como argumento de la Defensa para solicitar la libre absolución de su patrocinado.