Este jueves visita la ciudad el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá. Lo hace con una agenda repleta de reuniones de las que esperamos se obtengan buenas conclusiones, que sirvan para la toma de decisiones acertadas que repercutan lo más favorablemente posible en nuestra ciudad y todos los que forman parte de ella. En su programa de viaje, Escrivá tiene previsto desayunar con el sector empresarial y sindical de Ceuta. Una cita importante en la que seguro que los que asistan darán debida cuenta de todo lo que se necesita, de lo que sobra y de las ideas innovadoras que hay, que son muchas, para hacer de este destino un lugar mejor en las parcelas en las que Escrivá tiene poder de decisión, que no son pocas. Se reunirá, también, con el presidente de la Ciudad Autónoma, Juan Vivas, quien seguro aprovechará la visita para poner sobre la mesa las necesidades más imperiosas que tenemos actualmente en Ceuta. Escrivá es uno de los ministros de más confianza y más escuchados por Pedro Sánchez, a pesar de ser tildado de polémico y de decir lo que piensa, le pese a quien le pese. Seguramente nos dejará algún que otro titular a su paso por Ceuta. Porque si se para a estudiar un poco la realidad que se vive en esta ciudad, será fácil que la visita dé para mucho. No está previsto, a pesar del interés puesto por los transfronterizos, que el ministro se siente con ellos a escuchar su delicada situación. Habría sido un gesto importante para ellos, sin duda, aunque no hay que olvidar que este asunto es delicado y que depende de dos países por lo que se entiende que si no se realiza esta reunión será porque no es posible en estos momentos, no por falta de interés del ministerio hacia la problemática que viven estos trabajadores atrapados en Ceuta desde hace cerca de dos años para mantener sus puestos de trabajo.