El cierre de la
frontera de Ceuta y
Marruecos no solo ha separado a familias, dejando a sus miembros a uno y otro lado del Tarajal, sino que también ha hecho que muchas que iban a juntarse por fin, no hayan podido hacerlo finalmente. Las migraciones forman gran parte de la historia de la humanidad. Muchas canciones así lo reflejan. Por ejemplo, la ‘Visa para un sueño’ de Juan Luis Guerra hace referencia a la desilusión por la paciencia que se acaba ante la negativa a un visado para un sueño.
Pero en este caso la historia es diferente. Ahmed Agrain y Zainab El Himid son un matrimonio de origen marroquí que lleva mucho tiempo luchando por vivir juntos en España.
Ahmed reside solo desde hace 20 años en Tarrasa, donde trabaja en la Construcción. Su mujer, con la que se casó en 2015, y con la que tiene dos niñas de 3 y 1 año, vive en Marruecos. Durante estos cinco años, Ahmed ha aprovechado las vacaciones en el trabajo para visitar a su familia, pero cuando todo parecía que iba a solucionarse, su sueño se esfumó.
Concretamente, el 16 de agosto del año pasado consiguieron reunir todos los papeles para obtener el visado de reagrupación familiar y el 13 de marzo Zainab fue al consulado de España en Larache para recogerlo.
El 13 de marzo fueron a recoger el visado de reagrupación familiar para viajar a España
Con el visado en sus manos, ahora solo quedaba viajar a España, pero una pandemia mundial se cruzó en el destino de esta familia. Ahmed rellenó el formulario para que su mujer y sus hijas pudieran ir a la Península en alguno de los
barcos de repatriación que salían desde Tánger.
De hecho, el 29 de junio le mandaron el email para reservar plaza para su mujer y sus hijas para el ferri del 1 de julio, y así lo hizo. Compró los billetes y se los mandó a su mujer. Así, ese día su mujer y sus hijas fueron hasta Tánger con el deseo de subirse al barco, pero a última hora no les dejaron. “Tienen el visado, el NIE y todo, pero nada. La Policía les dijo que no podían pasar los de visado de reagrupación familiar y no entendemos nada”, comentó Ahmed.
Desde el principio se dijo que estos ferri organizados por la Embajada no eran para las personas que tenían visado de reagrupación familiar, pero se da la paradoja de que “nos mandaron el email y ahora resulta que no pueden venir”. “No vienen de turismo, sino a vivir”, concluyó.