En el auto de prisión de Ángel María Villar se dice que el presidente de la Real Federación Española de Fútbol se molestó con el presidente de la ceutí, porque éste no quería firmar una carta de los presidentes de las territoriales que sirviera de advertencia al Tribunal Administrativo del Deporte (TAD).
El presidente de la cántabra fue el que informó a Villar que Gaona no quería firmar y le recordó que había recibido tres millones de euros para construir una nueva sede territorial. Y fue el mismo Villar el que telefoneó, según se dice, a García Gaona para decirle que no le parecía bien lo que estaba haciendo, dejando que le diera su parecer el asesor jurídico y que se iba a quedar fuera del grupo, es decir, de los que apoyan a Ángel María Villar.
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