Tres personas han fallecido este viernes en nuestra ciudad diagnosticadas con COVID-19. La tercera víctima de este aciago 30 de octubre es un hombre de 83 años de edad y vecino del Morro que se encontraba ingresado en la zona de observación del Hospital Universitario de Ceuta, cuya muerte ha sido finalmente confirmada por el Ingesa este sábado, en la relación de datos diarios que hace a las 12:00 horas.
Además de esta triste muerte, por la mañana fallecían otras dos personas que volvían a dejar un profundo dolor en la ciudad: una mujer de 68 años de edad y sobre las 14:00 horas un varón, de 74, vecino del Príncipe. Por lo tanto, esta tercera víctima es la número 24, un hombre que presentaba patologías previas y que falleció en Urgencias del Hospital.
Una vez confirmada la muerte por Ingesa y Sanidad, este vecino de Ceuta es la víctima número 24 de la pandemia, que durante la denominada segunda ola está golpeando duramente a la ciudad, superando además en estos momentos ya los 500 casos activos. Es el Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (Ingesa) ha hecho finalmente la confirmación horas después de su publicación en este periódico.
Ya son 24 víctimas mortales
El número de fallecimientos no deja de crecer lamentablemente y, especialmente, en la denominada como segunda ola el virus está siendo más mortal que en la época del confinamiento estricto, los meses de marzo a junio, cuando fallecieron en nuestra ciudad cuatro personas: Juan García, Juan Rodríguez, Carmen Raya y Samra Ahmed.
Tras ellos hubo que lamentar la quinta víctima mortal, Ana Gil, a la que se concedió, junto a los otros cuatro ceutíes fallecidos antes, las medallas de la autonomía. Sin embargo, las muertes se siguieron contabilizando y en septiembre se dieron otras cinco más: por orden cronológico, la sexta víctima global cuyo nombre no trascendió por respeto a su intimidad; la séptima fue Hayya Soodia; la octava, Encarni Bermúdez; la novena, Antonio López (Policía de Motril destinado en Ceuta); y la décima, José González Meléndez.
Ya en el mes de octubre, el peor mes de todos respecto a los fallecimientos, se han perdido a otros tantos ceutíes. El undécimo fallecido fue Rafael Castillo, fundador de Hoarce. Tras él, el día 9, murió Latefa, mujer de 60 años que estaba en la UCI del Hospital. Cuatro días después falleció en su domicilio Manuel Reyes, policía nacional. Después la tristeza siguió asolando a la ciudad con la muerte de Mohamed 'Ammo', decimocuarta víctima mortal.
El virus siguió dejando mucho dolor con la muerte de Antonio Galet, otra persona más cuya identidad no ha trascendido y Yamina Ahmed, decimoséptima víctima. Ellos tres fallecieron entre la noche del sábado al domingo (del 24 al 25) y el propio domingo 25, en una jornada negra con tres víctimas mortales. Sin embargo, las muertes seguirían registrándose días después. El lunes falleció un hombre de 68 años natural de Pontevedra, el martes se registraba la decimonovena víctima, una mujer de 74 años y vecina de La Reina, y el miércoles 28 de octubre la vigésima, también una mujer, en este caso de 82 años y de la barriada de San José. El jueves, 29 de octubre, otro hombre falleció en el clínico de Loma Colmenar, donde se encontraba ingresado y, un día después, el 30 de octubre se sumaron dos nuevas muertes a esta triste semana en la ciudad, una mujer de 68 años y, poco después, otro varón de 78 que había estado ingresado en planta, alcanzándose así las 23 muertes.
Alguien ha pensado que, también puede haber tanto contagios. sea por que, algunas personas no puedan costearse las dichosas mascarillas y usan siempre las mismas, Ya el Gobierno las podían poner como las medicinas.
No niego que haya algo suelto , pero me resulta curioso que hayamos pasado un verano de playa todo el mundo yendo y viniendo de la península y la vida absolutamente normal y ningún caso de coronavirus en los meses de verano , ningún fallecido todo muy normal y tranquilo.
Cuando había en los parques botellones ,jóvenes aglomerados dándose abrazos y besos ,pasándose la litrona entre ellos todos sin mascarillas y curiosamente no pasaba nada 🤔. Llamabas a la policía y nadie aparecía por allí, y ahora que solo llevamos a los niños al colegio ,hemos vuelto algunos al trabajo y estamos intentando volver a la rutina normal en una sola semana casi 10 muertos me parece alucinante enserio . Algo se escapa de mi comprensión.
Creo que insinúas que la vuelta al cole está detrás de estas brutales y cada vez más altas cifras de contagios, hospitalizaciones y muertes, y me temo que es muy posible, pero también me temo que al no haber rastreo ni cribado, ni siquiera pruebas a los contactos estrechos del alumnado, nunca sabremos si el virus llega a las casas y a la familia por arte de magia, o de la mano de unas pequeñas y/o jóvenes bombas asintomáticas.
Usted lo ha dicho. Ha faltado comentar que desde que llevamos mascarillas y medidas varias restrictivas de libertad cada vez vamos peor Y hemos destrozado la economía.
Y lo peor de todo: la gente pide pide más cadenas y encierros.
Creo que obvia un parámetro importante basado en los tiempos de incubación del virus que oscila entre 10 y 15 días, durante los cuales puedes estar propagando la infección sin saberlo y si eres asintomático nunca lo sabrás y durante las últimas 6 quincenas el crecimiento ha sido exponencial con un resultado catastrófico, es por ésto que obligarnos a no interactuar puede ayudar porque el virus necesita un vehículo de transmisión (los humanos) y si no lo tiene muere, otra cuestión que me parece relevante es que la mascarilla quirúrgica (la que usa la mayor parte de la población) y las de tela sólo impiden que uno mismo contagie pero no impiden ser contagiado. La mascarilla que debería ser obligatoria y subvencionada es la que actúa en ambos sentidos: no propaga y te defiende del virus que se encuentre en el ambiente
Efectivamente. Usar mascarilla no es hacer un buen uso de ella y además es solo una de las medidas, se han de tomar todas juntas.
Yo mismo llevé la quirúrgica más de 4 horas e hice la prueba, soplé un mechero y se apagó. Así que hay mucha gente que va con mascarillas que no valen para nada realmente.